Francia, que se encuentra en estado de emergencia desde los atentados del 13 de noviembre en París (130 muertos), ha puesto “todos los medios” para que la seguridad de la competición sea un “éxito”, aseguró.
Más de 90 mil gendarmes, policías y agentes de seguridad privada protegerán los estadios y los espacios dispuestos para los aficionados, que deben albergar unos 7 millones de seguidores del 10 de junio al 10 de julio.
“No hay que mantener únicamente la competición y las zonas para los aficionados”, sino también “trabajar para que sea una fiesta europea, popular y deportiva”, subrayó Hollande, quien recordó que tras los atentados de noviembre se decidió mantener la Conferencia de Naciones Unidas sobre Clima (COP21).
Evitarán contratiempos
Asimismo, el jefe de Estado francés aseguró que trabajaban para evitar huelgas durante la competición. “Avanzamos para encontrar una solución” al conflicto en la compañía francesa de ferrocarriles, la SNCF, indicó.
“Nadie entendería” que las huelgas de ferrocarriles -en curso desde el martes- y de pilotos de Air France -prevista el próximo fin de semana- impidan a los espectadores viajar entre las diez ciudades anfitrionas.
Respecto a la selección nacional, sumida en una polémica esta semana tras las declaraciones de la estrella Karim Benzema sobre un supuesto caso de “racismo” por parte del seleccionador francés Didier Deschamps por no convocarlo, François Hollande urgió al equipo a “concentrarse en la competición”.