Pero desde que fue liberado bajo fianza tras ser arrestado la semana pasada a pedido de las autoridades estadounidenses dentro del escándalo por corrupción y sobornos en la Fifa por 150 millones de dólares, ha optado por defenderse frente sus seguidores y callar ante los medios.
Este viernes, Warner, quien ocupa como líder del opositor Partido Liberal Independiente un escaño en el Parlamento, acudió a la sesión en el edificio legislativo en la capital trinitaria de Puerto España.
Pero en el trayecto desde el estacionamiento hasta la entrada del edificio fue escoltado por guardaespaldas y se negó a hacer comentarios ante el enjambre de periodistas que intentaron sacarle una frase.
Horas antes, Warner había declinado una entrevista solicitada por AFP. “Lamentablemente, no hablaré con ustedes ni con ningún otro medio de ningún tema”, escribió en un correo electrónico.
Ante sus seguidores
Pero no ha dudado en mostrarse en público: horas después de haber salido bajo fianza, alegando agotamiento, acudió a celebrar en un acto de su partido, que fundó en 2013 luego de romper con el gobierno de la actual primer ministra Kamla Persad-Bissessar.
El pasado miércoles encabezó otro acto en Chaguanas, la zona al sur de Puerto España que representa en el Parlamento, donde se defendió de las acusaciones en su contra y amenazó con revelar una “avalancha” de secretos que implicarían a la Fifa, su presidente dimitido Joseph Blatter y el gobierno de Trinidad y Tobago.
Durante ese acto, criticó a la prensa, al tiempo que tranquilizó a sus seguidores diciéndoles que los medios internacionales no tardarían en irse de Trinidad.
Presidente de la Confederación de futbol para América del Norte, Central y Caribe (Concacaf) hasta que se desligó del futbol en 2011 para salvarse de una investigación en medio de un caso de sobornos que lo implicaba, también se ha valido de las redes sociales.
El fin de semana afirmó en un mensaje en Facebook que las acusaciones en su contra son un complot de Estados Unidos por no haber conseguido ser la sede de la Copa del Mundo 2022.
Además, pagó un mensaje de poco menos de diez minutos en televisión el miércoles y este viernes publicó en un periódico afín un artículo en el que decía ser víctima del gobierno de Trinidad.
Su problema es el FBI
El popular político de 72 años dijo que durante el tiempo que estuvo en el gobierno de Trinidad como ministro de 2010 a 2013 tuvo roces con la primera ministra Persad-Bissesar, a quien acusó de nepotismo.
El gobierno ha puesto en entredicho las afirmaciones de Warner.
“Los problemas reales del señor Warner son el FBI y las autoridades estadounidenses y debería preocuparse de eso”, dijo este viernes a periodistas Prakash Ramadhar, ministro de Asuntos Legales.
El caso de Warner ha cautivado la atención de este pequeño país caribeño anglófono, situado a kilómetros de las costas venezolanas, pero también del mundo, que sigue día a día las nuevas revelaciones alrededor del caso de la Fifa.
Warner es uno de los catorce dirigentes de Fifa y responsables de márketing acusados por los fiscales estadounidenses del amplio esquema de corrupción en el fútbol mundial, que derrumbó a Blatter.
“Es horrible que los medios internacionales estén aquí por algo malo”, se lamentó una periodista de un canal local.