El colombiano sorprendió a todos nada más terminar la ceremonia de entrega del trofeo. Sin ser protagonista, pues no jugó un solo minuto de la final, apareció ante los medios para decir: “No puedo asegurar que vaya a seguir. Tengo ofertas y tengo siete días para pensar”.
James Rodríguez, volante del Real Madrid.
Era un día de celebración, pero James no quiso desperdiciar la oportunidad del año para hablar con los medios. Quería decir lo que dijo. “Estoy feliz en Madrid, pero quiero jugar más. Tengo un punto de amargura por no haber jugado en la final”, reconoció.
Tales palabras, así como el protagonismo adquirido por el futbolista fuera del campo, sorprendió y disgustó a sus compañeros. “Hoy no es un día para hablar de asuntos personales. Le apoyo y espero que se quede, pero hoy no era un día para centrarse en otros asuntos”, manifestó Sergio Ramos, capitán del equipo.
Lo cierto es que en su tercera temporada en el Real Madrid, James perdió su condición de crack para consolidar un indiscutible estatus de suplente. Algo difícil de asumir para un jugador por el que el club blanco pagó €80 millones (US$83,3 millones) al Mónaco en 2014 tras ser una de las grandes estrellas del Mundial de Brasil.
Su primera campaña con el Real Madrid, bajo la tutela de Carlo Ancelotti, fue la mejor. Se adaptó a un nuevo papel de volante, jugó 46 partidos y aportó 17 goles y 19 asistencias. Entonces se dijo que valía el dinero que se había pagado.
Sergio Ramos, defensa y capitán del Real Madrid.
Pero la siguiente temporada su rendimiento bajó notablemente. Rafael Benítez firmó como técnico del Real Madrid y el colombiano desapareció de la titularidad. En enero llegó Zinedine Zidane y las cosas no mejoraron, mientras la prensa alimentó rumores sobre vida nocturna y pocos cuidados. Ahora la situación acaba de explotar.
James aseguró que tiene ofertas y el diario “As” aseguró hoy que hay cinco equipos interesados: Manchester United, Chelsea, Inter de Milán, Paris Saint-Germain y Juventus de Turín. La incógnita es ver si llega una oferta que agrade a las dos partes.
“En el Real Madrid no estará quien no quiera estar”, es una de las citas clásicas del presidente blanco, Florentino Pérez, y es cierto que en los últimos años permitió la marcha de algunos futbolistas muy importantes. Fueron los casos del alemán Mesut Özil o el argentino Ángel Di María, pero en ambos casos se fueron por traspasos extraordinarios: €47 millones en el caso del primero y €75 millones en el segundo.
La cláusula de rescisión de James es de €500 millones, obviamente una cantidad simbólica. Más orientativos deberían ser esos €80 millones que pagó el Real Madrid por su contratación. Conociendo los precedentes y la forma de ser de Florentino Pérez, no parece probable pensar en que el dirigente quiera pasar el trago de vender a una estrella por un precio inferior al que pagó.
El último componente de la trama es el llamado “superagente” del fútbol mundial, Jorge Mendes, un hombre siempre atento a protagonizar traspasos multimillonarios para llevarse importantes comisiones.
Hace no muchos años era un hombre con el que el Real Madrid trabajaba asiduamente, pero las relaciones se enfriaron. Ahora el club está pendiente de que le traiga una oferta para considerar el deseo de James. Lo único seguro en estos momentos es que el colombiano está harto de no jugar. La cuenta atrás ya comenzó y falta comprobar si se detiene.