El organismo pidió una indemnización de 20 millones de dólares (unos 18.68 millones de euros) a los dos ex funcionarios.
Blazer fue miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 1996 hasta 2013 y secretario general de la Concacaf desde 1990 a 2011. El FBI empezó a investigarlo en 2012, y desde entonces coopera con la justicia estadounidense para descubrir a otros implicados.
Entre la polémica
El ex funcionario fue acusado de delitos como crimen organizado, fraude, lavado de dinero y evasión de impuestos. En 2015 confesó haber aceptado sobornos.
Por su parte, Warner fue desde 1983 hasta 2011 miembro del Comité Ejectivo de la FIFA y en ocasiones vicepresidente del organismo. Su nombre figura en varios escándalos de corrupción, sobre todo como presidente de la Concacaf.
En 2011, Warner fue suspendido de la FIFA por sospechas de compra de votos en la elección en la que Joseph Blatter fue ratificado como presidente del organismo.
A diferencia de Blazer, Warner niega cualquier delito y desde Trinidad y Tobago libra una batalla jurídica para no ser extraditado a Estados Unidos.