“¿Che cosa fai, míster?”, se pregunta el rotativo “Bild”, que publica una foto de Ancelotti, camino a vestuarios en el minuto 96, con el dedo corazón alzado.
El propio técnico admitió después en declaraciones a la televisión pública ARD esa reacción suya y explicó que el aficionado le había escupido.
El Bayern logró ayer empatar en el minuto 95 gracias a un gol de Robert Lewandowski -al que Ancelotti había tenido inicialmente en el banquillo-.
La peineta de Ancelotti a los fans del Hertha que le estaban escupiendo https://t.co/xccEExpFIg ??? pic.twitter.com/MpEwD19161
— lainfo_deportes (@lainfo_deportes) 19 de febrero de 2017
Lo de mostrar el “dedo pestilente” tiene un notable historial de polémicas en Alemania, sea en estadios de futbol o en el ámbito político -como la que desencadenó el año pasado el vicecanciller y líder socialdemócrata Sigmar Gabriel, al hacer ese gesto a un neonazi.
El caso más conocido es el del exinternacional Stefan Effenberg, a quien mostrar el llamado “dedo pestilente” en dirección a la tribuna de público en el Mundial de 1994 le costó la expulsión fulminante y para siempre de la selección nacional.