Pero Neymar aún tiene que pagar la mitad de los cuatro partidos de penalización que se llevó de la Copa América por una pelea tras la derrota 1-0 ante Colombia y tampoco estará ante Venezuela el próximo martes.
De nada sirvió su arrepentimiento hace unos días en Barcelona -“No debo dejarme llevar por cosas bobas”, admitió-, ni la espera hasta el último minuto de la 'seleçao': el TAS comunicó el viernes que no aceptaba el recurso de la Confederación Brasileña para posponer su sanción.
Dunga, convocó al centrocampista Kaká, que se incorporará mañana al resto del grupo en Santiago de Chile, de cara a la disputa de los dos primeros partidos de Brasil en las eliminatorias del Mundial de Rusia 2018 contra las selecciones de Chile y Venezuela.
La Confederación Brasileña de Futbol (CBF) anunció en la noche del domingo su convocatoria para cubrir la baja del lesionado Philippe Coutinho, quien sin embargo disputó los noventa minutos del derbi que el pasado fin de semana disputó su equipo, el Liverpool, contra el Everton.
En una generación marcada por los fracasos con la selección y que ha dejado al descubierto los inmensos problemas del futbol base en Brasil, que prioriza la exportación de jóvenes talentos a una formación en los valores con los que este país escribió parte de la historia de este deporte, Neymar y su descaro con el balón representan los últimos vestigios del 'jogo bonito'.
Profundo vacío
Desde que un esmirriado delantero del Santos con una gran cresta y apenas 18 años debutó con la 'canarinha' el 10 de agosto de 2010 en un amistoso contra Estados Unidos, Neymar ha disputado 67 partidos, ha marcado 46 goles y sólo ha faltado a cuatro encuentros oficiales.
Sus ausencias, sin embargo, dejaron un saldo preocupante para Brasil: tres sonadas derrotas -7 a 1 frente a Alemania en la semifinal de la Copa, 3 a 0 contra Holanda por el tercer puesto, en ambas lesionado, y la eliminación en los penales ante Paraguay en junio-, frente a una única victoria, el 2 a 1 contra Venezuela.
No es de extrañar que Dunga pidiera un esfuerzo a la afición, y al propio equipo, para que la atención se centre en los jugadores que sí estarán contra Chile y la vinotinto.
“Nos gustaría contar con Neymar, pero no es posible. Debemos enfocarnos en los jugadores que van a contribuir con nosotros”, pidió Dunga cuando anunció la lista de convocados el 17 de septiembre.
Pese a ello, el extremo del Bayern de Múnich Douglas Costa, quien probablemente será su sustituto con Hulk en la punta y Willian en la derecha, tiene por delante una tarea casi imposible.
Neymar querido
Fue el propio Dunga quien decidió armar su segundo proyecto al frente de Brasil sobre su jugador más talentoso.
Cuando el técnico asumió el reto de reconstruir una 'seleçao' en ruinas nueve días después de que Alemania se apropiara del Maracaná, y se llevara una Copa que Brasil contaba como suya, no tardó en pedirle a Neymar que diera un paso al frente.
El atacante, que iniciaba por entonces la temporada más gloriosa de su carrera, en la que conquistó el triplete con el FC Barcelona, aceptó el brazalete que hasta entonces había llevado Thiago Silva, una de las caras del fracaso en el Mundial.
Y respondió con futbol.
De la impecable hoja de servicios con la que el Brasil de Dunga desembarcó en la Copa América, 10 victorias en 10 amistosos, Neymar fue el responsable de 8 de los 21 tantos del equipo.
Nadie podía esperar entonces que el brillante compañero de Messi y Luis Suárez en el temido tridente del Barcelona perdería la cabeza tras la derrota ante Colombia y se encararía con los rivales y el árbitro como un niño consentido.
Pero pese a sus momentos de inmadurez, sus crecientes problemas legales con el fisco brasileño por su traspaso al Barcelona o el turbulento comienzo de temporada del equipo español, Neymar sigue siendo la gran esperanza de los hinchas brasileños.
Aunque no estará en el comienzo de uno de los retos más complicados para la 'seleçao' en los últimos años, vengar su propia humillación en Rusia-2018, Brasil ya cuenta los días para la segunda semana de noviembre, cuando Neymar reaparecerá en un escenario de gala: en Buenos Aires para enfrentarse contra Argentina en la clasificatoria mundialista.
Porque, pase lo que pase, Brasil siempre espera por Neymar.