Keita hizo el cuarto de la Lazio a los 82 y Antonio Candreva redondeó el marcador con un penal a los 90.
El partido se jugó ante unas gradas casi vacías en el estadio Olímpico de Roma, ya que los hinchas más violentos de la Lazio no pudieron ingresar por una sanción por racismo.
La Lazio trepó al séptimo puesto.