A su arribo a Barcelona, Lionel Messi se fundió en un abrazo con su hijo Thiago y a quien cargo con el brazo izquierdo y con el derecho firmaba autógrafo a los aficionados que se le acercaron.
“Eres el mejor jugador del mundo”, le decían algunos. “Salvaste a tu país y ahora estás en el Mundial”, le expresaban otros.
Lionel Messi, quien vestía un suéter negro, siempre se mantuvo en silencio, pues tampoco contesto a las preguntas de los periodistas de Cataluña.
Thiago, el hijo mayor de Leo, se mantuvo tranquilo en los brazos de su padre y cuando los aficionados se acercaron para tomarse una foto el pequeño trató de no salir en las mismas.
Lionel Messi logró manejar la presión hasta el final con la Selección de Argentina, que el martes anterior alcanzó la victoria con triplete de la estrella del Barcelona y que sirvió para clasificar a la Copa del Mundo de Rusia 2018.
Al concluir el partido contra Ecuador, Messi expresó su alegría y agradeció a la afición por mantener la esperanza. El 10 reconoció que por momentos tuvieron miedo de no lograr el boleto a Rusia 2018, pero todo eso ya es historia “lo que toca ahora es celebrar y pensar en el mundial”.
Atrás se quedó la euforia que vivió Messi el pasado martes, pero la sonrisa en su llegada a Barcelona era difícil de borrar, pues acababa de disfrutar de la satisfacción que solo regala el futbol.
Ahora de vuelta a Barcelona, el delantero piensa en la Liga española en especial porque los azulgranas chocarán de visita al Atlético de Madrid y sin duda el objetivo es mantener el ritmo que los ha tenido en liderato.