El entrenador bromeó diciendo que los que siempre han estado en el carro del Barcelona siguen en él, a raíz de una pregunta que se le ha planteado sobre si ahora, con los triunfos, sentía que había más culés que secundan la idea de futbol que defiende su Barcelona.
Por la mañana, y en el mismo escenario, el entrenador del Bayern, el español Pep Guardiola, se refirió al Barcelona como el equipo que mejor practica el contragolpe en el mundo, hecho que para Luis Enrique es un elogio.
“A nosotros tampoco nos interesa que el partido se vuelva loco. Y si se vuelve loco habrá que tranquilizarlo. Preferimos el balón y en campo contrario, pero el Bayern querrá lo mismo, y por ello habrá que atacar los espacios”, relató.
Luis Enrique aseguró que gran parte de su trabajo se centrará en motivar a sus jugadores e, incluso, frenar algún exceso de euforia, ante lo que también intuye un horizonte interesante.
“Se trata de coordinar el trabajo y buscar un equilibrio, porque lo que necesitamos para ganar es atacar y defender. En una semifinal no se permite un estado de relajación por lo que se vive. En muchos casos hay que calmar a los jugadores porque hay que controlar las emociones”, dijo el entrenador.
Luis Enrique considera que el Bayern podría ser más peligroso por sentirse herido tras el partido de ida, y recordó que en una situación semejante el equipo bávaro supo remontar la eliminatoria contra el Oporto tras un 3-1 en la ida.
“Nos va a costar y sufriremos en algunos momentos. Por eso quiero un partido como en la ida, con pocas ocasiones en contra y muchas a favor”, dijo.
Finalmente, deseó que la gran noche como entrenador esté aun por llegar, y que no sea sólo pasar a la final, además de asegurar que, como todas las noches, dormirá sin ningún problema.