Mbappé, que acabó por decantarse por la cantera del Mónaco, con el que debutó como profesional, habló en esta entrevista sobre su recorrido personal y todo lo relacionado con el futbol.
“He aprendido una cosa con la poca experiencia que tengo: cuando hablan de ti todos los días, no es para decir cosas buenas”, señaló.
“No tengo ningún problema porque me critiquen como jugador; lo que me afecta es cuando se ataca a la persona que soy”, lamentó, cuando le preguntaron sobre las críticas que recibió el otoño pasado.
También repasó su infancia en Bondy, ciudad de la periferia empobrecida de París, y la relación con sus padres.
“El problema es que se habla de estos barrios más populares solo por lo que sale en la televisión, el asesinato de un joven de 15 años, el tráfico de droga. Pero yo, que he crecido allí, puedo decir que se aprenden muchas cosas, se aprende la esencia del respeto”, juzgó.
Con padre de origen camerunés y madre argelina, Mbappé, de 22 años, se considera “100 % francés”.
“Decir que uno es negro, árabe o blanco, es poner una barrera, y en esta nueva Francia no hay barreras, estamos todos juntos”, subrayó.
“Mi padre era educador deportivo en Bondy, mi madre una jugadora de balonmano de alto nivel que ahora trabaja conmigo. Creo que es una suerte tener a unos padres que comprenden tus ganas de hacer deporte”, refirió.
También recordó que cuando era “un niño hiperactivo”, sus padres lo inscribieron en una escuela católica privada para que tuviese “un contexto más tranquilo”.