El portugués hizo el saque de honor, pero nada más darse la vuelta para abandonar la pista resbaló sobre el hielo, pese a que la organización había tendido una alfombra para prevenir caídas.
Dos de los jugadores de los equipos rivales le ayudaron a levantarse y a abandonar la pista sano y salvo, lo que él agradeció efusivamente dándoles la mano.
Mourinho, quien no dudó en firmar numerosos autógrafos y hacerse fotos con jugadores y aficionados, asistió al calentamiento previo al partido y siguió atentamente los ejercicios y maniobras sobre el hielo.
El técnico portugués ya estuvo en Moscú durante el pasado Mundial de fútbol y antes visitó la capital rusa al frente del Inter de Milán, el Chelsea, el Real Madrid y el Manchester United.
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