Neymar, un futbolista tan genial como impulsivo, ayer, agrandó su estadística disciplinaria durante la derrota ante el recién ascendido Estrasburgo (2-1), el primer equipo en infringir un revés al líder PSG esta temporada.
En el descuento del encuentro, el brasileño, de 25 años, realizó una brusca entrada en Dimitri Liénard, un modesto futbolista francés que a sus 29 primaveras vive su primera experiencia en la elite. El árbitro mostró la amarilla al brasileño.
Neymar “me dijo: ‘te estás tirando a la piscina'”, confesó Liénard, quien agregó ante los periodistas lo que realmente le hubiese querido responder al futbolista más caro del planeta.
“Le hubiese dicho: querido mío, claro que eres una estrella, claro que haces lo que quieres y también está claro que cuando bailas delante de mí, también tengo ganas de cazarte”, aseveró el medio alsaciano.
La de ayer fue la quinta amarilla para el brasileño en 12 encuentros, en los que vio una roja por doble amonestación, ante el Olympique de Marsella el pasado octubre.
Por motivos disciplinarios, Neymar ya se perdió el encuentro ante el Niza, de la undécima jornada, y no jugará ante el Lille, el próximo sábado 9 de diciembre.
El internacional brasileño es el decimosexto jugador más amonestado en la Primera División, ránquin que encabeza su compatriota el central Dante, del Niza, con siete amarillas y una roja. En el PSG, no hay nadie con tantas amonestaciones como su camisa 10.
Muchas de los apercibimientos a Neymar se deben a respuestas a provocaciones de rivales o a discusiones con los árbitros a cuenta de las faltas que padece. Así le sucedió ante el Marsella en su primera expulsión en octubre, cuando respondió al argentino Lucas Ocampos con un conato de agresión después de sufrir una dura falta.
“Es importante que los árbitros aprendan a controlar eso (la violencia contra Neymar). Pero él no debe ceder a la provocación, aunque entiendo que los jugadores son seres humanos”, aconsejó el técnico del brasileño, el español Unai Emery.
El 10 del PSG tiene un notable historial de tarjetas amarillas, sobre todo tratándose de un jugador ofensivo. En sus cuatro temporadas anteriores con el Barcelona no bajó las nueve amonestaciones y en el Santos registró un curso la friolera de 14 amarillas y en otros dos contabilizó 12.
Con la selección brasileña, a la que liderará en el mundial de Rusia de 2018, Neymar recibió 19 amarillas y una roja en 83 partidos. Esa única expulsión con la Verde Amarela trajo cola.
En una derrota en primera fase de la Copa América de 2015 ante Colombia (1-0), propinó un pelotazo al defensa Pablo Armero y luego un cabezazo al defensor Jeison Murillo, que se había acercado a reclamarle. Al brasileño le cayó una sanción de cuatro encuentros.