“Me encanta el rol. Me siento completamente integrado”, señala Klose a los medios antes del entrenamiento que realizó la “Mannschaft” en Sochi con la mira en la semifinal del jueves ante México.
El sol pega muy fuerte en el balneario ubicado a orillas del Mar Negro, pero el ex artillero nacido en Polonia se divierte colocando los conos en el campo mientras los jóvenes futbolistas alemanes entran en calor.
Su deseo, confiesa, es seguir haciéndolo el año próximo en el Mundial de Rusia. “Absolutamente”, afirma el hombre que marcó 16 goles en las Copas del Mundo y que se retiró del fútbol el año pasado tras dejar la selección después del título en Brasil 2014.
“Nos volveremos a sentar con Löw tras la Copa Confederaciones y evaluaremos los resultados”, asegura. Nadie espera que esas conclusiones sean negativas.
Si bien Löw tiene la decisión final, Klose participa activamente en las discusiones del cuerpo técnico. “Obviamente participo. Si no, no estaría aquí, no estoy como mascota”, insiste. “Siempre nos comunicamos entre nosotros”.
Su experimentada voz además es muy escuchada en el plantel, que lo considera “un asistente más”, según asegura Emre Can.
“‘Miro’ habla mucho con los jugadores. Nos dice después de cada entrenamiento y después de los partidos qué es lo que podemos hacer mejor o qué es lo que estuvo bien”, afirma el mediocampista del Liverpool. “Tiene tanta experiencia que ve muy bien estas cosas. Está ayudando a muchos jugadores aquí”.
En particular, Klose está trabajando en Rusia muy cerca de los delanteros, la posición en la que brilló en su carrera. Jóvenes como Timo Werner (21 años) encuentran en él un referente de lujo. Y también los más veteranos Lars Stindl (28) y Sandro Wagner (29), quienes pese a su edad no cuentan con tanta experiencia en la selección.
“Son tres delanteros diferentes. Pero todos han aprovechado su oportunidad y han marcado goles. Lo están haciendo muy bien”, destaca Klose a los atacantes elegidos por Löw para el torneo.
Cuando habla, el ex delantero lo hace como si fuera un entrenador, una profesión en la que tiene en claro que desea abrirse paso. “Ese será mi camino”, insiste.
Ya cuenta con una licencia de primer grado, aunque en septiembre le espera el inicio de un nuevo curso. Mientras tanto, puede aprovechar un “aprendizaje de oro” con el técnico campeón mundial.
Durante los ocho años que jugó bajo las órdenes de Löw, Klose muchas veces se preguntó a sí mismo: “¿Cómo lo hace?”. Ahora, desde el otro lado, está descubriendo el secreto.
“‘Jogi’ tiene realmente un ojo clínico. Ahora puedo ver lo meticuloso que es trabajando, los detalles, su razonamiento. Yo sabía que esto que logró no viene de la nada. Me quito el sombrero con él”.
Ser asistente también tiene su lado duro y las jornadas de trabajo son mucho más largas. Tras los entrenamientos están las reuniones, los videos, los preparativos de los partidos… “Es un estricto plan de trabajo”, reconoce Klose. Pero le encanta.