Gerard Piqué ha sido pieza básica en el acuerdo firmado entre ambas partes y que le reportará al Barcelona un mínimo de €220 millones entre junio de 2017 y junio de 2021.
El central entró en contacto con Jacinto Roca, propietario de la empresa catalana de vídeo por streaming Wuaki.tv, que fue comprada por Rakuten; y Roca le presentó a Mikitani.
El propietario de Rakuten, una de las empresas mundiales más importantes de comercio electrónico, posee una de las grandes fortunas de su país (132 en la lista mundial de Forbes) y es propietario de un equipo de futbol, el Vissel Kobe de su ciudad natal, y otro de beisbol, el Tohoku Rakuten Golden Eagles.
Celebration dinner with President Barto, Generard, Shakira We are extremely honored to become innovation partner and main sponsor of FCB. pic.twitter.com/E1sElqflr8
— 三木谷浩史 H. Mikitani (@hmikitani) November 17, 2016
En julio de 2015, mientras el Barsa estaba de gira por Estados Unidos, Mihitani invitó a Piqué a su casa en San José California, una cena a la que también estuvieron invitados los dirigentes barcelonistas y es donde empezó a gestarse el acuerdo.
En declaraciones a diferentes emisoras de radio, Manel Arroyo, vicepresidente del área de media del club y uno de los encargados de la negociación, ha comentado que Mikitani mostró su interés por alcanzar algún tipo de acuerdo en una conversación con Piqué.
“Gerard llamó entonces al presidente, le explicó la situación y decidimos sentarnos y hablar”, ha dicho Arroyo, quien ha desvelado que todo se concretó el día del partido ante el Manchester City, así como que Catar nunca llegó a los €55 millones ofertados por Rakuten.
“Creemos que la camiseta del Barsa es la mejor pagada y, además, somos los únicos que hemos dato todos los detalles del acuerdo económico”, ha resaltado Arroyo.
El vicepresidente ha desvelado que tras la final de la Champions de 2015, que se jugó el 6 de junio en Berlín, se redactó un contrato para renovar el acuerdo con Catar, según el cual la cantidad a percibir por el Barcelona era de €60 millones anuales.
“Pero después en Catar escucharon los comentarios vertidos desde aquí durante la campaña electoral, que fue muy dura, y el contrato que nos llega no lo podíamos firmar. Cambiaron las condiciones. Por ejemplo, ponían en el paquete de patrocinio, la camiseta de entrenamientos”, ha comentado.
Arroyo no descarta que en el futuro se produzca una renovación de la relación entre Catar y el Barsa, aunque admite hasta ahora no se ha empezado a negociar la partida sobre el naming rights (el nombre) del nuevo Camp Nou.