“Ello provocó un enfrentamiento entre jugadores de ambos clubes, debiendo intervenir el personal de seguridad allí presente, así como los cuerpos técnicos de ambos equipos”, prosigue el texto escrito por el árbitro.
El partido se desarrolló en un ambiente eléctrico, en el que el Espanyol terminó con nueve jugadores tras las expulsiones de Hernán Pérez (72) y de Pape Diop (76), mientras que quedó sin sanción el pisotón propinado por el arquero 'perico' Pau López a Leo Messi.
“Los límites los fijan los árbitros para que esto sea fútbol, no fútbol americano”, ironizó el entrenador azulgrana Luis Enrique al finalizar el choque.
Suárez ha sufrido cuatro sanciones largas durante su carrera por excederse: tres por haber mordido a sus adversarios en el terreno de juego (la última por morder en el hombro al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial 2014), y otra vez por sus palabras racistas al defensa francés Patrice Evra cuando el charrúa militaba en el Liverpool. Sin embargo, Suárez se había mostrado contenido desde su llegada al Barça hace 18 meses.