Después, el central catalán declaró que en el Bernabéu están acostumbrados a arbitrajes permisivos y afirmó que Ramos se arrepentiría después.
“Ahora dirán lo que quieran los medios de su casa. No me he dirigido al arbitro en ningún momento. A él (Piqué) le gusta siempre opinar de los árbitros y de las jugadas polémicas. Con tantas quejas y con tanto morbo de cada tuit que hace, se ha llevado el gato al agua”, dijo.
No era para tanto
Para Ramos, la tarjeta roja fue “excesiva”: Ha sido condicionada para jugar los últimos minutos con un jugador menos.
Admito que he llegado tarde después de ver la jugada en televisión 40 veces. Pero no se va a hacer daño, Messi lo hace bien, salta, ni lo toco. Ha condicionado el partido”, apuntó.
Además, declaró que no se lleva “nada mal” con Piqué y afirmó que después de jugar un Real Madrid-Barcelona, no hay que pedirle darse un abrazo con el jugador del Barcelona.
“No voy a entrar al trapo ahora. Estamos dolidos, nos habría gustado dar un golpe fuerte sobre la mesa. Se ponía muy bien con el empate. Pero estamos en el barco y que quien se baje que no venga a celebrar”, manifestó.
“Más frío después de meterme cinco minutos en hielo no puedo estar. Me arrepiento de haber dejado a mi equipo con uno menos, pero nada más”, agregó.
Por último, cuestionado por si el Real Madrid tendría que haber manejado mejor el empate a dos goles, Ramos fue claro: “Hay que saber manejar a veces el marcador, el resultado, ir a por un balón, el juego… son pequeños detalles que pueden marcar la diferencia. Cuando habíamos hecho lo más difícil debimos manejar mejor el partido”, concluyó.