“No, me niego a creerlo”, respondió el italiano al ser preguntado sobre si fueron los futbolistas los que forzaron su marcha. “No creo que ellos me mataran”, agregó.
“Quizá los jugadores no dieron el máximo, pero eso puede ser debido a otros problemas. Uno de esos problemas puede ser que cuando estaban antes aquí ganaban menos, y ahora se embolsan el doble o el triple”, dijo.
Ranieri, sin embargo, señaló este lunes por la noche en el programa Monday Night Football, de la cadena británica Sky Sports, que podría ser alguien dentro del club, “alguien a mis espaldas”, el que propiciara su marcha de la entidad a la que nueve meses guió al título de liga.
“He oído muchas historias sobre este tema”, sostuvo el técnico, de 65 años. “Quizá pudo ser alguien a mis espaldas. Alguien que ya tenía un problema conmigo, pero como ganábamos éste no se notaba. Quizá cuando empezamos a perder esa persona empujaba más y más para que me fuera”, apuntó.
“Soy una persona leal y seria y no quiero decir nada más. Lo que tenía que decir lo dije cara a cara”, prosiguió.
Momento clave
El técnico transalpino reveló, además, que el partido frente al Sevilla en la ida de cuartos de Champions fue “el punto de inflexión” de la temporada”: “Vi a todos los jugadores luchando juntos. Pero en el camino de vuelta a casa descubrí que me iban a destituir. La verdad es que fue algo muy chocante para mí y para mucha gente más”, apuntó.
Ranieri aprovechó también el programa para agradecer el apoyo que recibió procedente “de todas partes del mundo” tras su sonado despido.
“Fue increíble; me llegaron cartas y mensajes de todo el mundo. Cuando ganamos la Premier recibí botellas de champán y de vino, regalos y cartas, pero cuando me echaron tenía la casa llena. Si no consigo responder a todo el mundo: muchas gracias a todos”, subrayó.
“Había ganado títulos en Europa, pero nunca antes la liga. Acabé segundo en tres ocasiones, por lo que Leicester y sus aficionados tendrán siempre un sitio en mi corazón”, concluyó Ranieri.