La selección senegalesa se une a Egipto y Nigeria como representantes del continente africano en la cita mundialista, por lo que solo restan dos boletos en la zona por distribuir.
A Túnez le bastará con un punto el sábado para conseguirlo, mientras que Marruecos y Costa de Marfil se disputarán el otro en una 'final'.
Inalcanzables
Con su victoria en suelo sudafricano, Senegal suma 11 puntos, inalcanzable ya para Burkina Faso y Cabo Verde, que tienen 6 y solo resta una jornada para el final. Sudáfrica cierra la llave con solo cuatro unidades.
El partido disputado este viernes (ambos equipos volverán a verse las caras el martes en el cierre de la zona africana de clasificación) corresponde al encuentro que la FIFA ordenó repetir después de la “manipulación del resultado” del duelo que se disputó inicialmente el 12 de noviembre de 2016.
El árbitro ghanés Joseph Lamptey pitó entonces un penal imaginario a favor de los sudafricanos, que se impusieron por 2-1 también en Polokwane. Por esa acción, el colegiado fue sancionado de por vida por “influencia ilegal en el resultado de un partido”.
Aquel partido no lo jugó el delantero Diafra Sakho, pero un año después el futbolista del West Ham inglés fue el encargado de abrir el marcador, en la primera ocasión de gol para su equipo (minuto 13).
También estuvo en el origen del segundo tanto, poco antes del descanso, con el que los senegaleses sentenciaron el triunfo, con centro raso que acabó introduciendo en su propio arco el defensa sudafricano Thamsanqa Mkhize (38).
Un resultado engañoso, ya que los Bafana Bafana se mostraron más peligroso e incluso estrellaron un remate en el travesaño en el primer periodo.
Los senegaleses, dirigidos por Aliou Cissé, capitán de la selección en 2002, podrán festejar su pase el martes en Dakar con su público ante los sudafricanos.