Según reveló el periódico británico The Sun, el extécnico del Ajax reprimió su ira hasta llegar al vestuario visitante. Allí explotó en cólera ante sus jugadores y entre las vociferaciones llegó a decir que tenían suerte de volver a Manchester en autobús porque se habrían merecido volver con los fanáticos para sentir su disgusto después de abandonar Anfield.
Al mismo tiempo, el entrenador también habría hecho que sus dirigidos se sienten en silencio para escuchar las celebraciones de sus rivales, que se encontraban en el vestuario local.
Su fastidio, sin embargo, no iba a terminar allí. Al día siguiente, en el centro de entrenamiento de Carrington, Ten Hag citó a los protagonistas de la humillante derrota a las nueve de la mañana.
Tras otro monólogo antes de comenzar con los trabajos físicos, el portal The Mirror señaló que volvió a ordenarles que hagan silencio mientras veían las imágenes de los festejos de los jugadores del Liverpool con el objetivo de hacerlos recapacitar y despertar su orgullo.
Habrá que ver si las fuertes medidas que tomó harán efecto el próximo jueves, cuando el Manchester United reciba al Betis por el partido de ida de los octavos de final de la Europa League después de vencer al Barcelona en la fase anterior.
Aunque la caída en Anfield fue muy dura, cabe señalar que los Red Devils comenzaron a levantar cabeza después del parate por la cita mundialista. En lo que respecta a la Premier League, los dirigidos por el neerlandés se ubican en la tercera posición con 49 puntos, nueve menos que su clásico rival el City a 14 del líder, el Arsenal.
Además, también es meritorio el hecho de que después de seis años volvieron a conseguir un título, el cual llegó después de vencer por 2-0 al Newcastle en la final de la Carabao Cup el pasado 26 de febrero.