El Apache, apodado así por Fuerte Apache, el barrio pobre donde nació en la periferia oeste de Buenos Aires, habita el podio de los ídolos de Boca con otros jugadores que hicieron historia en el fútbol argentino: Diego Maradona y Juan Román Riquelme.
Mejor aún, su regreso vino con sucesivas citaciones a la selección argentina, después de idas y venidas y versiones sobre una supuesta enemistad con Lionel Messi.
Su buen trato con la gente y su estilo provocador lo convirtieron en el jugador del pueblo para los argentinos.
Carismático, alejado de las declaraciones de compromiso, Carlitos es querido por casi todos por su espontaneidad y especialmente porque no se le subieron los humos a la cabeza.
Dio sus primeros pasos como futbolista en las divisiones juveniles de All Boys, un club del capitalino barrio de Floresta y pasó a Boca, donde debutó cuando tenía apenas 17 años, en octubre de 2001.
Comenzó a ganarse la titularidad en la temporada 2002, guiado por el entrenador uruguayo Oscar Washington Tabárez, el entonces DT de Boca.
En 2003, con el Virrey Carlos Bianchi al mando, se consolidó como integrante de un poderoso ataque junto con Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado. Ese año, se dio el gusto de celebrar la Copa Libertadores de América, la Copa Intercontinental -frente al italiano Milan- y el torneo Apertura local.
En 2004, fue subcampeón de la Libertadores y con Boca conquistó la Copa Sudamericana, con un gol en la final contra el boliviano Bolívar, en lo que también sería el epílogo de su primer ciclo en Boca, al cabo de 110 partidos y 38 goles, y cuatro trofeos obtenidos.
Al final de esa temporada fue transferido al brasileño Corinthians, que pagó 15 millones de euros por su ficha.
En el Timao se consagró campeón del Brasileirao 2005, que le valió un agradecimiento de Inacio Lula Da Silva, entonces presidente de Brasil y seguidor de Corinthians, pero el vínculo con esa entidad se interrumpió a mediados de 2006, cuando emigró al West Ham, al que ayudó a salvarse del descenso en la Liga Premier inglesa.
Los dos Manchester
Manchester United fue el siguiente destino de Tevez, y en ese club sumó más logros, ya que obtuvo dos ligas Premier, la Liga de Campeones de Europa-2008 y el Mundial de Clubes en la misma temporada, y se despidió a mediados de 2009, en medio de un conflicto con los dirigentes.
La polémica envolvió el traspaso en 45 millones de euros, ya que Tevez su destino fue el Manchester City, el clásico rival del United. Con los Citizens celebró una Liga Premier, una FA Cup y la Community Shield, en un excelente ciclo que incluyó 73 goles en 148 partidos.
Su tiempo en Europa concluyó en Juventus de Italia, donde se consagró máximo goleador de la temporada 2013/14 del calcio, con dos temporadas en las que logró otros cuatro títulos, incluidos dos scudettos.
A pesar del interés de la Juve por retenerlo y de haber recibido ofertas más importantes, Tevez decidió su regreso a Boca.
El 13 de julio pasado, unos 60.000 hinchas acudieron a la Bombonera solo para asistir a su presentación, cinco días antes de que su nuevo debut en Boca tras casi 11 años de ausencia.
“Cuando tenía 20 años el mundo Boca me devoró. Ahora me siento preparado para el Mundo Boca. Vengo a hacer mi propia historia”, dijo en aquella presentación.
Convocado en varias ocasiones a la selección albiceleste, con la que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, su relación con la casaca nacional tuvo muchas idas y vueltas, pero hoy integra el plantel, tras ser convocado por el DT Gerardo Martino.