La presencia de unos 3.000 aficionados italianos en pleno avance de la epidemia del coronavirus en el país transalpino no amedrentó a la hinchada lionesa que llenó el estadio hasta bandera.
Para el Olympique era una noche para darle una alegría a su afición en una temporada llena de sinsabores o, por el contrario, rendirse a la evidencia de que el equipo no da para más y que habrá que esperar hasta la próxima campaña para volver a ver buen juego en el Parc OL.
FINAL| ⏱ | El primer acto de los octavos de final de @ChampionsLeague es para el Lyon, que gana 1-0 en casa. #OLJuve#JuveUCL pic.twitter.com/y2H61TR2uh
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Rudi García sorprendió con la introducción en el once inicial de Bruno Guimarães, recién llegado hace diez días procedente del Athletico Paranaense. Para el centrocampista internacional brasileño sub-23 ha sido llegar a Lyon y besar el santo puesto que tras debutar el pasado viernes en la Liga francesa con victoria ante el Metz (0-2) no ha tardado probar la máxima competición europea.
Con la titularización del flamante nuevo fichaje lionés, Rudi García buscaba reforzar la zona de contención en un 3-5-2 en la que también figuraban Tousart y Aouar.
Maurizio Sarri, por su parte, optó por alineación sin sorpresas. La única duda estaban en la sala de máquinas donde colocó de inicio a Betancur y a Rabiot, junto al exlionés Pjanic, en detrimento de Ramsey y Matuidi.
El técnico lionés acertó con su planteamiento y consiguió neutralizar la capacidad ofensiva juventina con un bloque defensivo bajo y compacto. Pero además contó con un Aouar estelar. El centrocampista francés dio todo un recital de juego.
Ronaldo por su parte apenas apareció, eso sí, en cuanto tocaba el balón a la zaga francesa le entraba la tiritona. El portugués fue el primero en avisar con una centro chut que se fue ligeramente desviado a los cuatro minutos con el portero ya vencido.
Pero fue el Lyon quien mostró más ambición. Una vez superados los nervios iniciales el equipo se soltó y comenzó a llegar con peligro al área de Szczesny. En el minuto 20 Toko Ekambi envió el primer aviso con un cabezazo que hizo temblar el larguero.
La Juve respondió con un nuevo centro de Ronaldo que despejó Cornet como pudo después de que Lopes saliera a por uvas.
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Pero el partido era de Houssem Aouar que se permitió el lujo de primero retratar a Dybala con un caño de los que duelen y poco después a Danilo regateándole en la línea de fondo para después centrar atrás y que Tousart abriera el marcador.
Corría la primera hora de partido y la Juventus se veía a remolque y sin soluciones puesto que no acertaba a controlar el juego ante la garra y el empuje de los locales. Como muestra de la intensidad de la zaga lionesa De Ligt tuvo que jugar con la cabeza vendada al sufrir un corte y sangrar de manera abundante tras un barullo en el área en el que choco con varios jugadores.
En la segunda parte la cuestión estaba en si el Olympique iba a poder mantener el mismo nivel de juego y la concentración ante la mayor experiencia de su rival en este tipo de encuentros.
La Juventus empezó a rondar el área de Lopes con mayor asiduidad pero sin gran peligro. Pjanic y Dybala no lograban tomar el mando del partido nisiquiera conectar con Ronaldo.
Maurizio Sarrio decidió entonces introducir a Ramsey a cambio de Pjanic. El ataque italiano se volvió entonces más dinámico y fue entonces cuando comenzó a enseñar los colmillos.
Dybala tuvo el gol del empate en sus botas pero su disparo desde el corazón del área tras un gran centro de Sandro se le fue fuera.
Sarri volvió a mover ficha y dio entrada a Higuaín por Cuadrado, ademas de sentar a Rabiot por Bernardeschi. Más gasolina para tratar regresar a Turín con al menos un empate. Un carburante que ya no tenia el Olympique que acabó desfondado y mirando al reloj.
La mala punteria de Higuaín evitó que la grada lionesa se llevara un disgusto, así como un fuera de juego que anuló un gol de Dybala. El argentino y Ronaldo, que llevaba 11 jornadas seguidas marcando en la liga italiana, reclamaron además sendos penaltis pero al árbitro Jesús Gil Manzano no le tembló el pulso y puso término al partido que deja a la Juventus a mercer de una remontada en Turín.