Tras un corte de suministro eléctrico de una catenaria “resuelto en 10 a 15 minutos”, dos secciones del convoy de alta velocidad París-Barcelona no podían “volver a arrancar” porque estaban en una pendiente, según la SNCF, la compañía ferroviaria francesa.
“Enviamos un nuevo tren para empujar a los averiados, pero sin éxito, así que decidimos trasladar a los pasajeros al tren que se encontraba en la parte delantera del convoy, que funcionaba”, dijo la SNCF a AFP.
A media tarde, el TGV pudo “dar media vuelta hacia la Gare de Lyon”, y debía volver a salir. Los pasajeros que así lo deseaban pudieron bajar en París, continuó la SNCF.
Al cabo de varias horas de bloqueo, unos cuantos pasajeros recibieron agua y comida.
Después de varias horas, se distribuyó agua, sándwiches y papas fritas a unos pocos pasajeros, mientras que los inodoros estaban cerrados y el aire acondicionado apagado.
“Afortunadamente, había traído agua para el viaje, qué pesadilla, no tenemos información…”, dijo Benjamin Cornet, acompañado de sus dos hijos de 3 y 5 años.
Una quincena de empleados de la SNCF, bomberos y policías se encontraban en el lugar cuando los pasajeros fueron trasladados por el túnel, bajo un “calor intenso” que rondaba los 30ºC.
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Al menos dos personas fueron atendidas por los servicios de emergencia, comprobó la AFP.
Para Heather Manton, una turista australiana de 68 años, “fue horrible: tuvimos que bajar sin que nos informaran de nada. Tenemos reservas para esta noche en Barcelona, ¿cómo vamos a hacerlo?”.
“¡Estamos en Francia, no en un país del tercer mundo!”, dijo indignado otro turista, Christian Beikov, un austriaco de 28 años.
Los pasajeros volvieron a ver la luz del día por primera vez en seis horas, en una jornada particularmente calurosa y húmeda en París.
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