Ambos equipos marcaron en su primera ocasión de gol, el Málaga a los tres minutos en un gran remate de Fornals desde el borde del área y el Valencia cuatro después en un buen cabezazo de Rodrigo Moreno que devolvió el choque a su principio.
A partir de ahí se vio un partido trabado, con mucha pelea en el centro del campo y un mayor control del balón parte del equipo malagueño.
El Valencia trataba de hacer daño al contragolpe, pero se mostraba impreciso en la salida del balón, y el Málaga lo recuperaba con rapidez, lo que le permitía jugar muy cerca del área local y crear algunas ocasiones de peligro.
Aunque no había un dueño claro del partido, las llegadas del Valencia, aunque escasas, parecían más claras al producirse al contragolpe. En una de ellas, una recuperación del balón por parte de Parejo propició que Medrán marcara el segundo gol para los valencianistas.
Quedaban diez minutos para el descanso, que fueron de absoluto dominio del equipo andaluz y en los que Siqueira evitó el empate con Diego Alves ya batido muy poco antes de la conclusión del primer periodo.
Con todo
El Málaga salió con mucha intensidad en la reanudación, pero falto de solvencia en la última acción ante un Valencia que apenas salía de su área y cuando lo hacía era con balones largos en los que sus atacantes no tenían opciones ante la defensa rival.
El Valencia estaba a merced del Málaga, sin capacidad alguna para salir de su parcela y aunque no corría demasiado peligro, estaba muy lejos de dar muestras de poder cerrar el partido con un tercer gol.
Por anticipación e intensidad todo estaba a favor del equipo visitante ante un Valencia que se limitaba a despejar el balón como podía y con sus centrocampistas durante muchos minutos sin tocar el balón.
Dani Parejo fue sustituido mediado el segundo periodo, lo que lastró la posibilidad de crear fútbol por parte local e incrementó la confianza del Málaga en sus posibilidades y Garay salvó un gol en la misma línea (minuto 72)
El resultado y el rendimiento de ambos equipos mantenía la emoción con el Málaga presionante y muy peligroso en los balones parados y un Valencia asfixiado y sin ideas.
Cuando parecía que el Málaga ya no iba a disfrutar de la última opción para empatar, en el último ataque del equipo, Fornals remató el 2-2 que, al menos, dio un punto al equipo que mereció más y castigó la pobreza futbolística de los locales.