Paradójicamente, el sitio donde la Albiceleste podría respirar más tranquila es en la altitud de La Paz (3.600 metros), allí donde el oxígeno es más escaso, pero donde tiene posibilidades de arañar algún punto al modesto plantel boliviano, virtualmente marginado de la competencia.
Los altiplánicos, sumidos en el penúltimo puesto, no tienen una constelación de estrellas, pero suelen agrandarse ante los grandes rivales en La Paz y confían en amargarle la jornada a los argentinos.
El técnico boliviano, Mauricio Soria, plantará un equipo con vocación ofensiva, habituado a jugar en la altura, colocando como columna vertebral el medio campo de The Strongest, un equipo local que sacó resultados favorables en Copa Libertadores. El técnico llevó a Colombia un plantel distinto, extremadamente conservador.
“Pondremos mucho énfasis en la forma de atacar”, declaró el estratega en la última práctica tras explicar que, “ahora toca demostrar que los jugadores de Bolivia pueden desarrollar muy bien esquemas ofensivos con movimientos que puedan traducirse en goles”.
Marcelo Martins, del Wuhan Zall de China, comandará el ataque boliviano, acompañado por Juan Carlos Arce. En medio terreno, con proyección ofensiva, estarán los volantes Raúl Castro, el paraguayo nacionalizado Pablo Escobar, Diego Wayar y el escurridizo Alejandro Chumacero, goleador de la Libertadores.
¿No hay mal que por bien no venga?
Los argentinos llegan disminuidos. Nicolás Ottamendi, Javier Mascherano, Gonzalo Higuaín y Luccas Biglia estarán ausentes por acumulación de tarjetas amarillas. Gabriel Mercado fue descartado por un desgarro y se aguarda que Emmanuel Mas se recupere de un golpe en la rodilla.
El técnico Edgardo Bauza convocó de urgencia a futbolistas del medio local: Lucas Alario (River Plate), Matías Caruzzo (San Lorenzo), Iván Marcone (Lanús) y Javier Pinola (Rosario Central).
Aunque esta emergencia se antoja adversa, bien podría serle favorable a Bauza, porque estará en condiciones de armar un equipo a su medida, al margen de las presiones que, según medios argentinos, surgen desde su propio camarín.
El técnico argentino tiene clara su estrategia para la altura: “Estoy imaginando un 5-4-1, bien cerrado para tener la pelota, cortar el juego, cortarlo, cortarlo, cortarlo, cosa de llegar 0-0 a los últimos 20 y después ver si lo podemos ganar. De pelota parada, por ejemplo, podemos lastimar a Bolivia”, le dijo a la prensa argentina.
Un empate no sería mal resultado para los argentinos que así, en dos partidos habrían cosechado cuatro puntos sobre seis posibles.