La derrota ante el Arsenal ha dejado a los diablos rojos en situación más que complicada para alcanzar dicho objetivo a través de la Premier, así que la Liga Europa, sobre todo tras el 0-1 conseguido en Balaídos, le otorga una gran oportunidad.
A parte de este hecho, para el club inglés se presenta como acicate añadido la circunstancia de que es el único trofeo internacional que falta en las vitrinas de Old Trafford, donde el United lleva 17 partidos europeos sin conocer la derrota y esta temporada ha ganado los seis que ha disputado.
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Mourinho y sus hombres, que dejaron una magnífica imagen en Vigo, saben, no obstante, que el Celta, que languidece en LaLiga centrado en el torneo continental, es un equipo tremendamente peligroso en sus salidas, en las que ha cimentado su progresión histórica en este torneo.
En dieciseisavos viajó al campo del Shakhtar Donetsk también con un 0-1 adverso y venció por 0-2 para progresar a octavos, ronda en la que ganó en la vuelta en Krasnodar por el mismo resultado. Y en cuartos acudió a Genk con un ajustado 3-2 y pasó con un empate a uno.
A este gran rendimiento lejos de Balaídos -también eliminó en la Copa del Rey al Real Madrid tras ganar en el Santiago Bernabéu- es en el que se ampara el Celta para salir victorioso de Old Trafford y cumplir el sueño de alcanzar su primera final continental.
El técnico argentino Eduardo Berizzo recurrirá otra vez a su once de gala, con el regreso a Inglaterra de su gran figura, Iago Aspas, exjugador del Liverpool que en su debut como internacional absoluto español, en Wembley el pasado noviembre, encabezó la postrera reacción de España con un gran gol para salvar un empate (2-2).
Old Trafford es más que nunca un Teatro de los sueños para un equipo como el Celta, con futbol suficiente para mostrar su mejor versión y revertir la situación ante un United que tratará de nuevo de armarse bien atrás, cerrar espacios y aprovechar la velocidad de sus atacantes para rematar la faena y plantarse en la final del 24 de mayo en el Friends Arena de Solna.
Mientras tanto, en Lyon el Olympique y el Ajax resolverán la otra confrontación, a la que se presenta el conjunto holandés con una clara ventaja después de ganar por 4-1 en el Amsterdam Arena.
Hace 21 años que el cuadro ajacied no disputa una final. Fue con Louis van Gaal en el banquillo y hombres como Frank y Ronald de Boer, Danny Blind, Edgar Davids o Patrick Kluivert en el equipo. Era la Liga de Campeones 1995-96. El escenario fue el estadio Olímpico de Roma y los penaltis le arrebataron la gloria y se la concedieron al Juventus de Marcello Lippi.
En su palmarés figura la Copa de la UEFA de la temporada 1991-92, también bajo el mando de Louis van Gaal. Ahora, bajo la batuta de Peter Bosz, un nuevo grupo de jóvenes muy prometedores, vuelve a estar a las puertas del gran escaparate.
En su caso la progresión se ha fundamentado en sus resultados como local y en la milagrosa prórroga en Gelsenkirchen ante el Schalke en los cuartos de final, en la que se levantó de la lona cuando rozaba el k.o.
Los jóvenes Bertrand Traore, Amin Younes o Kasper Dolberg tienen una nueva prueba de madurez ante un Lyon que se ha conjurado en busca de un 3-0 para alcanzar su primera final de un gran torneo continental.
El equipo francés, que comenzó la temporada europea en la Liga de Campeones, ha ganado todos sus partidos en casa en la Liga Europa (7-1 al AZ Alkmaar, 4-2 al Roma y 2-1 al Besiktas) pero ahora el equipo de Bruno Genesio necesita dar otro paso más y de mayor dimensión.
