Gambetita ha demostrado que tiene un talento puro, esos que no lo poseen todos los futbolistas, sino solo los privilegiados. Así es el delantero antigüeño, el mismo que deslumbrado con su magia, con ese toque de balón que puede volver loco a cualquier rival.
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El haber estado suspendido por dopaje y el que lo hayan habilitado nuevamente, le dio un nuevo aire a Díaz, el chico argentino que sabía que era su momento de volver, de hacer magia y volver a llevar a los panzaverde a una nueva corona. “Fue una recompensa de Dios. Fue muy sufrido por todo lo que me ha tocado vivir. Ahora tenemos que celebrar”, comentó un emocionado campeón.
El técnico Mauricio Tapia siempre confió en Díaz, esperó el tiempo necesario para contar con el habilidoso jugador y llegó en este torneo. Lo cuidó, sabía que tenía que mejorar físicamente, que debía darle esa confianza que necesitaba. “Este título vale más por todo lo que nos costó. Por lo que hemos vivido, ahora debemos celebrar”, indicó el argentino.
