Uno de los futbolistas que más tuvieron que enfrentarse a la defensa férrea de los blancos fue el capitán edil, Marco Pappa, quien no tuvo una buena noche, pero más allá de que intentó con su zurda ser el jugador desequilibrante, siempre se tuvo que enfrentar a por lo menos dos jugadores blancos juntos.
La marcarción en zonas que propuso González valió la pena, ya que no solo fue Pappa el más cuidado, también los otros jugadores desequilibrantes como John Méndez por la banda derecha o Alexis Matta por la izquierda. “No teníamos marcación individual, nuestro trabajo fue en conjunto”, aseguró el estratega costarricense en la conferencia de prensa después del partido.
Para Pappa que poco a poco se ha venido acoplando al futbol guatemalteco, después de más de 10 años de haber estado jugando en el extranjero, tener que enfrentarse al futbol fuerte ha sido una de sus mejores virtudes, pues sabe que muchos de sus rivales van al choque para poder detenerlo.
Los albos en el Clásico optaron por una doble contención con Jean Jonathan Márquez y Jorge Aparicio. Los dos siempre llegaron a buscar al zurdo escarlata para detenerlo, pues sabían que si se juntaba con el único punta rojo, Carlos Kamiani Félix, el trabajo sería más complicado.
Pappa se sintió un poco más libre cuando ingresó el delantero Edi Danilo Guerra y el mediocampista Frank de León, pues los cremas tendrían un mayor trabajo en el medio como en la defensa, pues eran dos jugadores escurridizos que podían marcar diferencia. El cambio se notó, pero no le alcanzó al equipo de Gustavo Machaín, porque la estrategia de González funcionó destruir el juego de los talentosos rojos.