Desde hace ocho años, Alejandro emigró a esta ciudad para tener una vida mejor y comenzó a trabajar en una oficina de trámites legales en la cual continúa.
Ayer que fue su día de descanso tomó la decisión de ir a ver a los seleccionados, ya que un día atrás —domingo— no pudo asistir a la firma de autógrafos que realizó la Sele. Diego, el mayor de los hermanos, llegó con una playera de Municipal, mientras José, de la mano de su papá, llevaba la Azul y Blanco. Todos se mostraron contentos de ver la práctica.
A pesar de la distancia y los años que lleva en tierras estadounidenses, Alejandro recuerda cuando de niño asistía al estadio para ver a la Selección.
“Apoyo en todo momento a la Selección. Aproveché que entrenaban cerca de la casa y me vine con mis hijos. Volverlos a ver me recuerda cuando con mi infancia iba al estadio Mateo Flores, me gustaba cómo jugaban”, expresó uno de los aficionados que recibieron a los seleccionados con ovación.
Lau no pierde la oportunidad de saludar y observar al combinado cuando están en las cercanías de Los Ángeles, ayer no fue la excepción, y coincidió con otros connacionales que estuvieron de principio a fin en el entreno.
“Cuando vienen a Los Ángeles siempre voy a verlos, aún tenemos la esperanza que se consiga la clasificación al Mundial. Ojalá esta vez se logre”, resaltó Lau. Rodeados de un lago artificial, los seguidores esperaron al final de la práctica para tomarse una fotografía o llevarse un autógrafo, que estará presente hasta que en otra oportunidad los vuelvan a tener cerca.