Desde hace varias temporadas el equipo dirigido por Iván Franco Sopegno carece de un goleador nato. El vacío dejado por figuras como el costarricense Rolando Fonseca o el hondureño Carlos Pavón no ha sido llenado, y aún se extrañan esos partidos épicos en los cuales esos centros delanteros marcaron la historia del club blanco.
Comunicaciones ha buscado en Centro y Sudamérica a ese jugador que lidere la ofensiva alba, y tras el fracaso de fichajes como el argentino Marcelo Guerrero o el uruguayo Carlos Hernández, los blancos se refugiaron nuevamente en la liga argentina para traer a la esperada estrella.
Aunque cuando llegó Leandro nunca aceptó el título de goleador, venía con un cartel interesante, en el cual figuraba un efímero paso por los Xolos de Tijuana de la Liga mexicana.
Los primeros partidos deslumbró con sus movimientos y visión de juego, y hasta se dio el lujo de marcar un gran gol el 25 de enero ante Halcones; sin embargo, conforme pasaron los partidos su juego se fue diluyendo como agua entre las manos.
Los albos volvieron a sufrir del mismo mal de las últimas temporadas: la falta de gol causada por la ausencia de un auténtico centro delantero. Con esta situación aparecieron los de siempre, Jairo Arreola, Bryan Ordóñez, Mynor López Campollo, un sorprendente y hambriento de triunfos Marvin Ceballos, y el uruguayo Adrián Apellaniz, quien en su segunda época en el equipo merengue a dejado mucho que desear, al punto de cambiar el cartel de goleador por el de suplente.
Revancha
En la fase final Comunicaciones enfrentó en la primera llave a Coatepeque, que la clasificación le cayó de rebote, ya que su objetivo real era salvarse del descenso; sin embargo, obtuvo la cantidad necesaria de puntos para colarse en la lucha por el título.
Los blancos resolvieron sin problemas esa llave y avanzó a las semifinales, donde enfrentó a Xelajú MC, que en los últimos partidos de la clasificación había demostrado un alto nivel de rendimiento; pero, en la serie ante los blancos se desmoronó como un castillo de arena.
A pesar de dejar en el camino con comodidad al conjunto de Quetzaltenango, los blancos se vieron sorprendidos en le primer partido de las semis en el Cementos Progreso, ya que los chivos se fueron al frente en el marcador con un gol de Luis Martínez en el primer tiempo.
Aparece el mago
Desesperado por buscar el triunfo Sopegno mandó al campo al que en la actualidad no solo es el mejor jugador de los cremas, sino también del futbol guatemalteco: José Manuel “el Moyo” Contreras. Ese fue un antes y un después en el dominio del encuentro para los merengues.
“El Moyo”, quien durante la mayoría de la fase de clasificación pasó entre algodones por sus constantes lesiones demostró su calidad, y como lo hizo en la final del torneo anterior cuando de su mano y echándose el equipo al hombro los blancos vencieron a Heredia y conquistaron la corona 27, esta vez no fue la excepción.
Su dominio y visión en el medio campo marcó la diferencia. La magia blanca apareció, y parecía que el empate albo solo era cuestión de tiempo.
El asedio de los merengues a la portería chiva era total. La desesperación se percibía en Comunicaciones por anotar el ansiado gol, y este llegó con un fuerte y colocado cabezazo de Leandro, quien sacó toda su furia, su rabia y tuvo su revancha personal en el festejo que gozó junto a sus compañeros y la afición blanca.
Dos goles más cayeron esa noche. Uno de los jugadores más regulares de la temporada, el defensa central paraguayo Joel Benítez y Campollo cerraron la cuenta, y los blancos se encaminaban a una nueva final; sin embargo, faltaba el juego de vuelta.
Xelajú MC estaba herido de muerte, y el Mario Camposeco sería testigo de un partido intenso, en el cual los chivos buscarían la heroica remontada, la cual nunca llegó.
Bajo un frío intenso y una lluvia que no dejó tranquilos a los jugadores, Comunicaciones ratificó su buen momento en las finales, y nuevamente apareció la figura de Leandro Fernández, quien en el primer tiempo del partido de vuelta de las semis acabó los las ilusiones de los occidentales de llegar a la final con una anotación.
El partido terminó 1-0 y los blancos avanzaron a la final (4-1 en el global), donde enfrentarán a Municipal, un equipo que fue inestable durante toda la temporada, pero la experiencia de sus jugadores pesó y ahora están en la lucha por el título.
Esta noche, a partir de las 19 horas los blancos tratarán de ganar su título 28 de su historia, en un partido inédito que se jugará a puerta cerrada por la muerte de un aficionado albo en el clásico 278 ante Municipal, en las afueras del estadio Manuel F. Carrera.
Sopegno lo tiene claro, debe de alinear a sus mejores hombres. Su equipo titular es Contreras, Fernández y nueve más. Si los dos jugadores continúan con el nivel mostrado, los blancos se encarrilarán desde esta noche a la conquista de su segundo tetracampeonato en su historia.