El guardameta, de 27 años y de padres colombianos, luce tranquilo de cara a la final de ida de mañana contra Comunicaciones. “Tenemos que ser inteligentes para jugar”, reconoció mientras su primogénito, David Abel, de un año, no paraba de caminar en el patio de su apartamento, adornado con una bandera canadiense.
David Mosalve, portero de Suchitepéquez.
“Hemos luchado mucho para estar en estas instancias pero todavía no estamos satisfechos. La idea es lograr el título”, indicó el portero, que llegó a los sureños procedente del futbol colombiano —América de Cali—.
Monsalve, quien ha sido seleccionado con Canadá desde los 16 años, está agradecido con el apoyo de los aficionados mazatecos, que casi todos los días lo sorprenden con sus muestras de cariño.
“Han sido muy buenos con mi familia. Nunca nos ha faltado nada. Tenemos amigos que nos traen frutas todos los días. Siento el respaldo del público”, refirió el ferviente seguidor de los Raptors de Toronto, equipo que disputa las finales de la NBA contra los Cavaliers de Cleveland.
Campeón de Copa con el Inter Turku de Finlandia en el 2009, el cancerbero no se arrepiente de haber tomado la decisión de jugar en Guatemala, pese a que muchos de sus amigos no estuvieron de acuerdo con él por la inseguridad en el país.
“En todos los países hay lugares inseguros. Cuando me fui a Colombia me dijeron lo mismo. Canadá y Estados Unidos también son peligrosos”, comentó el universitario de Alabama, al tiempo de que su esposa Katherine Garay, de nacionalidad chilena, se aprestaba para salir de compras.
Ser el primer canadiense que participa en el futbol profesional de Guatemala tampoco le asusta a David Andrés; al contrario, lo percibe como un reto para demostrar que su país tiene jugadores con talento.
“En Colombia me pasó lo mismo, pero me gusta que me subestimen para demostrar con mi trabajo en la cancha de que los canadienses tenemos condiciones”, agregó con su acento colombiano.
Seguridad
Monsalve, compañero de Carlos Ruiz en el Toronto FC de la Major League Soccer (MLS) en el 2008, le apunta a la unión que tiene el cuadro mazateco para levantar la corona después de 17 años.
“Tenemos equipo para ganar. Todos nos llevamos muy bien. Hay presión porque uno siempre quiere ganar”, afirma quien tomó el gusto por el futbol por su padre y porque en el sector donde creció había muchos residentes europeos y sudamericanos.