“Ya estoy haciendo gimnasio y he empezado a caminar de una forma más acelerada”, indica Vásquez lleno de entusiasmo, al tiempo que su pequeño hijo Enoc, de 11 meses, duerme en un carruaje vestido con el uniforme del Real Madrid.
“Le voy al Barcelona. Mi hermano Mariano fue quien le regaló ese uniforme”, bromea el capitán de la histórica Selección Nacional Sub 20 que logró clasificarse al Mundial de Colombia 2011, mientras su joven esposa Leidaly se entretiene en la cocina preparando el almuerzo, en plenas fiestas de fin de año.
“El tiempo ha pasado rápido. Mi familia ha jugado un papel importante en mi recuperación. En los próximos días espero comenzar a trotar”, agrega el zaguero, quien sigue teniendo muy presente la forma en la que se lesionó en el partido de la Azul y Blanco absoluta contra Trinidad y Tobago —derrota por 1-2—, por el camino mundialista hacia Rusia 2018.
“Fue una jugada muy rápida. Llegué a hacer un cierre y solo sentí el impacto del jugador trinitense cuando mi pierna derecha estaba firme sobre la gramilla. La rodilla se me jugó por completo. Intenté regresar, aún íbamos 0-0, pero ya no pude. El dolor era insoportable”, refiere con sentimientos encontrados el futbolista formado en Comunicaciones.
Desde la comodidad de la sala de su casa, en donde resalta una postal fotográfica de él, en una férrea marcación contra el astro del Barcelona Lionel Messi, en el amistoso que sostuvieron Guatemala y Argentina —14/6/2013—, Vásquez solo piensa en su recuperación para volver a practicar el deporte que tanto ama, aunque desconoce con qué equipo lo hará, porque el Real Salt Lake, de la Major League Soccer (MLS), lo dio de baja el pasado 30 de noviembre.
“Estoy enfocado plenamente en mi recuperación. Es la primera lesión seria que afronto y quiero salir lo mejor posible de esta incómoda situación. Con la MLS sigo teniendo contrato. Mi nombre aparecerá en el cuarto draft”, explica el defensor de 23 años.
Aprendizaje
El seleccionado nacional, que ha disputado dos copas Oro —2011 y 2015—, lamenta su salida del equipo de Utah, Estados Unidos, porque allí experimentó un importante crecimiento en su técnica.
“Me trataron como un verdadero profesional. El Real Salt Lake es un equipo que se preocupa por el más mínimo detalle, desde la nutrición hasta en los tiempos de descanso. Mejoré en mi técnica. Creo que por mi lesión ya no quisieron arriesgarse en seguir contando con mis servicios”, adiciona el exjugador del Dorados de Sinaloa.
Elías analiza que las constantes convocatorias que tuvo con la Selección de Iván Sopegno en el 2015, tanto para la clasificatoria mundialista como para la Copa Oro, terminó jugándole en contra de sus aspiraciones con el Real Salt Lake.
“Inicié jugando. Estaba muy feliz, pero después empecé a rezagarme porque mi continuidad se vio cortada por los compromisos tempraneros que tuvo la Bicolor, aunque gracias a ella el Dorados terminó de fijarse en mí por la actuación que tuve en la Copa Centroamericana”, menciona con sentimientos encontrados Vásquez.
Respecto a su posible vuelta al equipo de sus amores, el seleccionado solo afirma que ha tenido escuetas conversaciones con el presidente albo, Pedro Portilla.
“Hay que seguir esperando lo que diga la MLS. Solo he hablado con Pedro Portilla. Mi mente está enfocada en mi rehabilitación”, concluye el soldado Vásquez, entretanto su hijo se divierte con su madre jugando al futbol.