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Familia Díaz llora la ausencia de Kevin

Observar  a su hijo  Éver, de 12 años,   jugar con los albos sería un tributo especial para Kevin, según la familia. 

Jerónimo Díaz llora mientras recuerda a su hijo Kevin, aficionado de Comunicaciones, fallecido antes de disputarse el clásico 278 a manos de un grupo de seguidores de Municipal en las cercanías del estadio del Trébol. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

Jerónimo Díaz llora mientras recuerda a su hijo Kevin, aficionado de Comunicaciones, fallecido antes de disputarse el clásico 278 a manos de un grupo de seguidores de Municipal en las cercanías del estadio del Trébol. (Foto Prensa Libre: Edwin Fajardo)

Desde hace dos años el dolor y la frustración se convirtieron en  los nuevos huéspedes de la familia Díaz García, fiel simpatizante de Comunicaciones. La razón: el homicidio de su hijo mayor, Kevin Alfonso, quien mañana cumpliría 20 años, minutos antes de la celebración del clásico 278, en las cercanías del estadio Manuel Felipe Carrera.

Dos medallas y una serie de fotografías de la graduación de su primogénito,  como  bachiller en Computación,  adornan la sala del hogar formado por Jerónimo y Josefina, los padres de Kevin, y que en muchas ocasiones se opaca por las lágrimas.

Josefina García, madre de Kevin.


“Ya no está. Mi gordo se ha ido”, explota  lleno de dolor y desilusión Jerónimo, mientras sus lágrimas recorren sus  mejillas antes de que sus manos se junten para limpiarlas.

“Mi corazón tiene mucha tristeza. El vacío que ha quedado  es grande. Nos sentimos solos. Se que en el cielo tengo un angelito que antecede por mi familia”, agrega el padre de  Kevin, al tiempo que su esposa lo observa colmada de melancolía y frustración.

Calvario

El famoso dicho “recordar es vivir”, implica todo lo contrario  para los residentes de la colonia el Deseo, de la zona 1, de San Miguel Petapa.  Los momentos de angustia que han ido experimentando desde el trágico fallecimiento de su hijo, se han encargado de difuminar sus efímeras alegrías.

“Fue un impacto muy fuerte la muerte de Kevin. Él era un buen hijo. Demasiado ordenado y respetuoso. Desde los 14 años empezó a trabajar para colaborar con los gastos del hogar. Tan solo un examen le faltaba para ingresar a la universidad y estudiar lo que siempre deseó: Ingeniería Industrial”, indica Josefina, al tiempo de que se prepara a servir el almuerzo a su esposo, para que pueda   continuar con su oficio de pintor.

“Él es un héroe para nosotros. Ese 27 de abril del 2014, con 17 años, aún pudo defender a su novia —Mayra Ramírez— y a su hermana —Katherin— de las personas que lo atacaron”, recuerda la madre, quien confiesa que en la noche anterior  ya no pudo conversar con él,  porque estaba en una vigilia.

Corazonada

“Yo le recomendé que mejor no fuera al estadio. Sin embargo, él me dijo que varios de sus conocidos cremas se juntarían para llegar al estadio. A veces me siento culpable de su muerte porque yo le impregné el amor por Comunicaciones”, comenta Jerónimo, oriundo de la aldea San José Buena Vista, Jutiapa.

“A mí no me interesa en que cancha jugués, local o visitante, yo te vengo a ver. Ni la muerte nos va a separar”, escribió Kevin en su facebook, con el alias Nivek Zaid Garrero de la Svr, la noche previa a ese clásico 278. 

Según los  reportes de los cuerpos de socorro y de seguridad,  Kevin caminaba junto a su novia  por la 1ra. avenida y 2da. calle de la zona 11, colonia El Progreso —cerca del mercado el Guarda— cuando fue interceptado por un grupo de personas que portaban palos y armas blancas, para solicitarle que se quitara la playera de su equipo. Segundos después  fue golpeado y apuñalado. Las heridas en el abdomen y en el tórax fueron graves y en su ingreso al hospital falleció.

Trabajador

“Hemos realizado varios esfuerzos para levantarnos, pero nos ha costado. Kevin nos apoyaba económicamente. Él a veces pagaba  la mensualidad del lote. Era mi mano derecha. No quisiera que nadie pasara por lo que nosotros seguimos sufriendo”, refiere triste el progenitor, quien en su juventud prestó servicio militar como marinero de guerra.
Luciendo la camisola de Comunicaciones que le obsequió el uruguayo Paolo Suárez, Jerónimo se siente más frustrado cuando reconoce que no tiene  poder económico para sufragar los gastos de la educación universitaria de su hija Katherin, de 17 años.

“La desesperación me agobia. El estudio de mi hija se ha quedado estancado. No me alcanza lo que gano para ayudarle en sus estudios universitarios.  Me he quedado inmóvil.   Kevin era mi mejor confidente. Siempre trabajábamos uno a la par del otro”, agrega quien se enamoró de Comunicaciones cuando asistía a jugar al estadio de Tiquisate, a finales de la década de los setentas.
   “Kevin era buen defensa. Creció jugando en los campos del Cementerio. Era aguerrido y  hábil con el balón. Manejaba sus dos perfiles”, recuerda el pintor industrial, mientras el aire empuja  con fuerza las cortinas del cuarto que guardó los grandes secretos de Kevin Díaz, gran admirador de José Manuel Contreras, el actual ídolo de Comunicaciones.

Francisco Antonio Pirir se encuentra en prisión preventiva por el homicidio de Kevin Díaz, desde el 30 de septiembre del 2015.
Por ser señalado como principal sospechoso se abrió juicio en el Tribunal Cuarto Penal, pero aún no se tiene fecha de la audiencia.

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