Recordado por aquel histórico gol de la Sele Sele Sub 20 en el Mundial de Colombia 2011 contra Croacia, Marvin revolucionó el ataque de los coloniales y fue pieza clave para que su equipo igualara las acciones cuando se encontraba con un 2-0 adverso.
Desde que se encontraba en la etapa de calentamiento, el veloz jugador se mostraba decidido a llevarse los reflectores del encuentro, impulsado también por el lamentable fallecimiento de su primo, una nueva víctima de la ola de violencia que azota de forma constante al país.
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Al minuto 63, el cuarto árbitro Édgar Reyna anunció su ingreso. El defensor Allen Yanes fue el sacrificado por el técnico Mauricio Tapia, quien leyó a la perfección el partido, después de que se encontraba en desventaja en el marcador debido a los goles marcados por Carlos Kamiani Félix, al 46, y Marco Pappa, al 60, desde el punto penal.
La picardía y la habilidad del exjugador de Comunicaciones quedó de manifiesto de forma rápida. Alexis Matta, quien sustituyó a Big Pappa, y el salvadoreño Jaime Alas sufrieron de su vertiginoso futbol.
Dos minutos después de que los coloniales encontraron el descuento en el marcador por medio de un fogonazo del mexicano Agustín Herrera, Ceballos realizó una excelsa cabalgata por el lado derecho para marcar su gol, ante los rostros de desazón de los defensores escarlatas.
Al observar como su remate terminó por superar la estirada del portero Nicholas Hagen, al minuto 79, miles de cosas rondaron por la cabeza del mundialista.
Corrió a toda la velocidad hacia la tribuna del estadio Manuel Felipe Carrera y después se frenó para regresar hacia el tiro de esquina con el recuerdo de su primo Edson azotando su mente y su corazón.
Sus compañeros, encabezados por Roberto Carlo Peña y Mauro Portillo, no tardaron en acobijarlo y felicitarlo, al tiempo de que él se hincaba para clavar su mirada hacia el cielo.
“Era uno de mis primos mayores y le fascinaba el futbol”, hizo memoria el hijo del exfutbolista Marvin Ceballos.
“Mucha gente ha sufrido por la violencia y ahora me tocó a mí. Es algo que tiene que parar en el país”, apuntó con el rostro desencajado, mientras los rayos del sol terminaban de iluminarlo.
Fue una tarde atípica para Marvin, quien regresó al país después de su paso por el Indy Eleven y el RailHawks de la North American Soccer League (NASL), dispuesto a continuar con el sueño que se propuso de niño en Amatitlán.