Comunicaciones fracasó de manera aparatosa en el Apertura 2017. El técnico costarricense Ronald González no encontró el rumbo con un plantel que él armó y plagó de compatriotas.
Ni las individualidades ni el trabajo en equipo pudieron consolidar un estilo de juego eficaz para un cuadro que no levanta un título desde el Clausura 2015 cuando ganó el tan “afamado” hexacampeonato.
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El tico Diego Estrada, en su segunda etapa con los cremas, no pudo ser el jugador que maravilló como en la temporada 2012-2013. Muy lejos de aquel nivel de golazos, visión de juego y regates, el volante de 28 años solo disputó 614 minutos y marcó una diana. No fue vital y el técnico lo relegó a la banca.
El también costarricense, el delantero Éric Scott, de 36 años, hizo únicamente tres goles en mil 26 minutos. Lejos del rendimiento que se espera de los artilleros extranjeros.
De San Isidro de El General, Néstor Monge llegó a los cremas procedente del Sporting Cartaginés. Su peligrosidad llegó a un gol en 14 juegos.
No fue la solución
En la temporada 2015-2016, el delantero argentino Emiliano López conquistó los corazones de los seguidores de Comunicaciones. Cada gol iba acompañado de un baile que contagió a la afición crema y que lamentó su partida después del Apertura 2016.
Su regreso era prometedor, pues en los 58 partidos que había jugado con la camiseta blanca había anotado 30 tantos. Hoy parece casi irreal contabilizar un gol en el actual certamen —mil 171 minutos jugados—.
Da la cara
El futbolista que marcó la diferencia y que se atrevió a ir más allá fue el procedente de Antigua GFC, Manfred Russell, con el 19 en la espalda, pero el 10 en el corazón y en los zapatos.
El volante costarricense fue el goleador crema, con siete dianas —mil 640 minutos—. Fue quien se echó el equipo encima en momentos críticos, pero la ironía futbolística lo acompañó en la última jornada, en la que falló un penalti contra Marquense.
Esta es la tercera ocasión en la que los cremas quedan fuera de la fase final. En el 2006 finalizaron en el puesto 11 con el técnico Miguel Ángel Brindisi y en el 2007 —octavo— con Iván León.
