“Somos pocos los jugadores uruguayos que estamos jugando en Guatemala. Los que estuvieron marcaron una época. Intentar ser como ellos es un lindo desafío. Tenemos la obligación de marcar diferencia y de escribir nuestra historia. Dios quiera que sea de la mejor manera”, expresó el futbolista, anotador de un gol en el estadio Verapaz durante el partido pasado contra Sanarate.
Pese a que solo ha marcado dos dianas en Cobán y contrastan con los diez que logró en Honduras en el torneo anterior, Lombardi insiste en que su principal objetivo dentro de la cancha es contribuir con el equipo, sin caer en el juego individual.
Su hermano lo inspira
Lombardi dedica sus goles a su hermano Julio, quien falleció hace 11 años. Él es quien lo inspira y por eso tiene tatuado en el pecho, su rostro. Indica que el apoyo que recibe de sus padres, desde Uruguay, hace que se sienta como en casa, en Cobán.
“Siempre uso una frase que se la robé a un amigo: El ejemplo no es el hablado, sino el demostrado”, indicó Lombardi.
Junto a su esposa Marcia Martínez y sus hijos mellizos de cuatro años, Juliana y Jesús, Lombardi disfruta sus días, a la espera de un nuevo partido en el que pueda volver a contribuir para que Cobán triunfe y logre el primer objetivo de avanzar a la pelea por el título.