No nació en Xela, sino en San Antonio Suchitepéquez, el 19 de Julio de 1937. Desde muy joven se trasladó a la ciudad quetzalteca para estudiar en el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO).
Salió de su tierra natal un 12 de junio de 1956 y un año más tarde ya jugaba en el Xelajú de sus amores. Murió en la tierra que lo vio forjar su leyenda este 10 de diciembre de 2021.
Era un trabajador jubilado de Caminos – Ministerio de Comunicaciones – y junto con el fútbol fueron sus dos formas de vida. Junto con su esposa Aura Violeta Rodas procreó a sus hijos Ivón, Jaqueline y Nilda e hicieron su vida en Xelajú, ciudad que lo adoptó como un hijo más.
“Chacatay” López anotó 78 goles con la camisola superchiva. Está dentro de los cinco mejores artilleros que comanda Israel Silva, Ramón Aparicio y René Morales. Dio infinidad de asistencias para que otros jugadores anotaran.
Justo Rufino López Chapetón jugó con Xelajú de 1957 a 1977. Fue campeón de Copa en 1962 y 1973; campeón del torneo de Liga en 1962, y campeón de campeones en 1962.
El amor por Xela y la entrega por el deporte quetzalteco lo hicieron merecedor del Chivo de Oro y San Antonio Suchitepéquez lo declaró hijo predilecto.
Campeón de 1962
“Chacatay” siempre recordó con emoción aquel domingo 18 de noviembre de 1962 cuando, en una jornada inolvidable, Xelajú conquistó su primer título nacional al vencer en el estadio Mateo Flores – ahora Doroteo Guamuch Flores – a Comunicaciones.
En una nota publicada en elQuetzalteco López Chapetón resaltó: “El estadio estaba repleto, como nunca antes se había llenado. Nosotros entramos primero a la cancha, y cuando vimos la gran cantidad de gente de Quetzaltenango que había hecho el viaje a la capital, sólo pensamos en ganar”.
Nota de duelo. pic.twitter.com/xUSh1tjaHp
— Club Xelaju MC (@Xelaju_Oficial) December 10, 2021
La historia cuenta que los chivos con mucha gallardía se impusieron a los capitalinos con un marcador de 3-2.
“Al ganar dimos la vuelta olímpica en el estadio y celebramos con nuestra afición. Luego, en Fraternidad Quetzalteca nos brindaron un almuerzo, donde continuamos festejando”, dijo López.
Con aquella conquista, el histórico equipo de 1962 se convertía automáticamente en Campeón de Campeones del futbol guatemalteco, pues antes de iniciar el Campeonato Nacional habían ganado la Copa.
“Los más lindos recuerdos que tengo con el equipo es la unión y fraternidad que existía entre el grupo de jugadores nos queríamos como hermanos”, agregó.
En las postrimerías de su carrera, López ganó la Copa de 1973.