“Estoy muy contento y agradecido con Dios. El jueves llegó una de las noticias más alegres de mi vida, tuve una cita con el médico y me dio de alta. Me revisó e hizo pruebas de movimiento. Ahora viene el tema de adaptación y reacondicionamiento físico”, señaló.
Sequén se lesionó el 11 de diciembre del 2014, en el partido de ida de las semifinales del Apertura 2014, contra Marquense, en el estadio Manuel Felipe Carrera.
“Salir de la sala de operaciones y no poder mover la pierna fue un golpe muy duro. Te pasan muchas cosas por la mente, en lo anímico te pega bastante fuerte, pero la ayuda de mis papás, hermanos, amigos y compañeros fue muy buena”, afirmó.
El miércoles 18 de febrero se le realizó la operación, que constó de un injerto de ligamento por medio de cirugía artroscópica, según informó el médico del club, Héctor López.
Después de la cirugía, Renato estuvo un mes en reposo, en lo que bajaba la inflamación y se retiraban los puntos; en el segundo mes, el jugador empezó a trabajar en gimnasio y piscina; posteriormente se integraron ejercicios más intensos, como bicicleta. Desde agosto inició a trotar y empezó a entrar en calor con el resto del grupo.
“La ansiedad está desde el primer día en que me operaron. Cada vez que vengo al estadio dan ganas por estar adentro del campo y querer jugar. La ayuda que mis compañeros me han dado ha sido buena. Lo que me ayudó bastante fue en el clásico, cuando sale mi camisola. Yo lo vi desde la tele y eso me levantó el ánimo como no tienen idea”, confesó Sequén.
Marlon Renato es consciente de que no puede jugar de manera inmediata, pues debe tomar el ritmo de competencia. Está feliz porque la cuenta regresiva para volver a pisar el terreno de juego está por terminar. “Mis papás estaban muy tristes, al igual que yo, pero siempre me decían que me iba a mejorar y que todo iba a pasar. Ahora estamos contentos”, confesó.