Según Lagarde, los ministros de Finanzas de los países desarrollados y emergentes del G20, que se reúnen lunes y martes en la capital económica turca, deben poner en práctica en forma urgente las “ambiciosas” reformas estructurales que deberían inyectar 2 billones de dólares al PIB mundial.
“Necesitamos acelerar decisivamente las reformas estructurales en sectores como el comercio, la educación, la salud (…) y en infraestructuras eficaces” , detalló la jefa del Fondo.
La economía mundial debe aprovechar el “impulso” que significan los bajos precios del petróleo, pero podría también verse afectada por una “volatilidad excesiva” derivada de la normalización monetaria en Estados Unidos, advirtió, temiendo también que Europa permanezca “en la incertidumbre” durante un largo período.
El fortalecimiento del dólar en relación a las otras grandes divisas representa otro “riesgo” , especialmente para los países emergentes cuyos bancos y empresas contrataron préstamos en la moneda estadounidense que en el futuro tendrán más dificultades para rembolsar, según Lagarde.