La inquietud de los deudores tiene su origen en la reciente decisión del Tribunal Supremo de EE. UU., que desestimó revisar una sentencia que ordenó a Argentina pagar US$1,300 millones a los fondos de inversión que no aceptaron los canjes de su deuda soberana tras el cese de pagos de 2001.
Argentina asegura que abonar lo que exigen esos fondos especulativos obligaría al país a suspender pagos, especialmente sí acarrea el pago equitativo a quienes aceptaron la reestructuración de bonos, que podrían reclamar al país US$124,000 millones, cifra inabordable para las reservas argentinas.
Según Der Spiegel, las deudas de Argentina con Alemania rondan los 2,600 millones.