“Dilma tendrá un mes sin problemas mayores en Brasilia para que presente un plan para revivir una economía tambaleante”, dijo Claudio Couto, del instituto brasileño de investigaciones Fundacao Getulio Vargas. “La clave es recuperar algo de confianza”.
Recuperar la confianza puede ser algo difícil, considerando el círculo vicioso de crisis en crecimiento que ha registrado el país en el último año. Escándalos enormes, algunos de ellos vinculados con Rousseff, se han combinado con la caída de precios de materias primas para golpear a la economía, incluyendo una degradación en la calificación crediticia de la nación, una fuerte devaluación de la divisa y una inflación anual de 10%.
Nelson Barbosa, quien fue nombrado ministro de Finanzas después de que Joaquim Levy renunció al cargo en diciembre, trabaja tanto en un paquete de estímulo como en reformas fiscales, todo lo cual se espera sea propuesto durante las próximas semanas.
Entre las ideas que se están evaluando se encuentran proyectos de infraestructura, reducciones fiscales para la compra de viviendas y un programa de intercambio automotriz para alentar la adquisición de vehículos nuevos. Algunos están proponiendo crear un nuevo impuesto a todas las transacciones bancarias y una reforma del sistema de pensiones del país para mantener a los trabajadores en el mercado laboral cinco años más. Dependiendo del sector, las mujeres pueden jubilarse entre los 50 y 55 años de edad, mientras que los hombres lo pueden hacer entre los 55 y 60.