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Cómo funciona el millonario negocio del robo de combustible en el mundo

La explosión de un oleoducto en México, que provocó la muerte de más de 100 personas, es la última tragedia provocada por una actividad ilegal, pero con un mercado gigantesco: el robo de petróleo y gasolina.


La explosión de un ducto en Tlahuelilpan dejó en evidencia el grave problema que enfrenta México. (GETTY IMAGES)

La explosión de un ducto en Tlahuelilpan dejó en evidencia el grave problema que enfrenta México. (GETTY IMAGES)

Las autoridades sospechan que el incidente ocurrido el 18 de enero cerca del municipio de Tlahuelilpan, a 120 kilómetros de Ciudad de México, se produjo después de que ladrones de gasolina abrieran un ducto para extraer el combustible.

Este tipo de actividad delictiva forma parte de un enorme mercado negro en el mundo.

Y es que la llamada “petro-piratería” es muy rentable. Se estima que el robo, la adulteración y los fraudes relacionados con el petróleo y el gas generan unos US$133.000 millones al año, según un estudio realizado en la Universidad de Yale.

Un monto equivalente al Producto Interno Bruto (PIB) de Kuwait, uno de los mayores productores de petróleo a nivel mundial.

Burros que transportan combustible

Un atentado contra un hotel en Marrakech en 1994 provocó el cierre de la frontera entre Marruecos y Argelia.

La decisión, sin embargo, no detuvo el contrabando de combustible desde el país vecino.

Burros cargando gasolina cerca de la frontera entre Argelia y Marruecos.
Getty Images
Los burros han resultado ser víctimas del contrabando de combustible desde Argelia a Marruecos.

Marruecos importa la mayor parte del petróleo y gas que consume y los precios locales de la gasolina llegaron a ser uno de los más altos del norte de África y el Medio Oriente en diciembre.

En ese contexto, la venta de gasolina y diesel robado es una práctica común en las regiones cercanas al borde con Argelia, donde habitualmente se ven caravanas de burros transportando los productos en bidones de plástico.

Pero como en los últimos años ambos gobiernos han intentado frenar ese negocio, hay reportes de burros asesinados a tiros o muertos en explosiones presuntamente ordenadas por las autoridades.

En 2013, el gobierno de Argelia estimó que el país perdía más de 1.500 millones de litros de combustible robado y vendido en Marruecos y Túnez.

La “hemorragia petrolera” de Nigeria

Un informe filtrado en 2012 sobre la industria del gas y el petróleo en Nigeria, reveló la magnitud de la corrupción y la mala administración de los recursos, con pérdidas para el país de miles de millones de dólares cada año.

El informe, al que tuvo acceso la BBC, fue encargado por el gobierno en medio de protestas sobre el manejo de esos recursos.

Policías con bidones de combustible confiscado.
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El robo de combustible también se ha extendido por Nigeria.

El documento también señala que el fisco pierde US$6.000 millones al año debido al robo de petróleo.

Nigeria es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y, al mismo tiempo, uno de los más desiguales, con sorprendentes niveles de pobreza.

Y así como el vandalismo se esparce por las regiones más pobres del país, también los accidentes.

En las últimas dos décadas se han registrado varias explosiones, la mayor de ellas ocurrida en 1998, cuando murieron 700 personas.

Y los atentados contra camiones petroleros en el Golfo de Guinea aumentaron en 2018, según la Armada de Nigeria.

Un informe de 2016 elaborado por el centro de estudios Chatham House estimó que hasta 400.000 barriles de crudo son robados cada día en el Golfo, una importante ruta de transporte del combustible.

Los huachicoleros mexicanos

El robo de gasolina se ha vuelto tan común en México que tiene su propio verbo: huachicoleo.

Si alguna vez los huachicoleros fueron vistos como una especie de Robin-Hood, eso ya no es así.

El robo de combustible ha caído bajo el control del crimen organizado.

Las autoridades mexicanas creen que los carteles de la droga participan en el negocio ilegal, de manera directa o indirecta, al cobrar “impuestos” a los ladrones más pequeños para que puedan operar en su territorio.

El centro de estudios estadounidense Atlantic Council, calcula que en las operaciones más sofisticadas se puede extraer gasolina por valor de US$90.000en apenas siete minutos.

Incendio en un punto de extracción ilegal de combustible.
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Los incendios son comunes en los puntos de extracción ilegal de combustible en México.

Una ganancia significativa, descontando los US$40 que cuesta el día de trabajo de un huachicolero.

Es más del doble del salario promedio que gana diariamente un trabajador (US$18), pero mucho más arriesgado que otros empleos, como acaba de demostrarlo la explosión en Tlahuelilpan.

Aunque ese incidente no ha sido el primero.

En diciembre de 2010, un incendio en un ducto en Texmelucan causó la muerte de 29 personas, incluyendo 13 niños. El humo se podía ver desde el espacio.

En aquel entonces, las autoridades dijeron que la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) podría haber hecho más para prevenir el desastre.

En la actualidad, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó una campaña contra el robo de combustible, considerado uno de los grandes problemas que afectan al país.

Uno de los pasos de la estrategia fue cerrar las válvulas de al menos cuatro de los 13 oleoductos de Pemex para evitar la extracción ilegal de combustible.

Con ello se interrumpió también el suministro a decenas de ciudades, provocando desabastecimiento de gasolina en varios puntos del país.

Según datos oficiales, el robo de combustible provoca pérdidas fiscales cercanas a los US$3.000 millones.

La delincuencia petrolera en Colombia

Colombia no es uno de los grandes exportadores de petróleo, pero el crudo representa el 25% de sus exportaciones, tres veces más que el café.

El crimen relacionado con el petróleo ha sido un dolor de cabeza durante décadas, especialmente por la participación del crimen organizado y grupos paramilitares.

Oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas
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El oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas ha sido regularmente atacado.

Un solo oleoducto, el Caño Limón-Coveñas, fue atacado más de 60 veces en 2018.

Y aunque los delincuentes casi nunca refinan el petróleo robado, la Fuerza de Tarea Pegaso del ejército anunció en 2017 el descubrimiento de 77 refinerías ilegales en un solo estado.

La trampa para contrabandear en Tailandia y Singapur

Una redada policial de la policía en Malasia en febrero de 2017, incautó tres autos en una gasolinera en Kota Bharu, cerca de la frontera con Tailandia.

Los autos habían sido modificados para albergar depósitos secretos de combustible con una capacidad de 500 litros, ocultos bajo los asientos traseros.

De hecho, el Reporte Global de Robo de Petróleo y Gasolina 2018, estima que tres millones de litros de combustible son contrabandeados diariamente desde Malasia a Tailandia.

Botellas con gasolina en las calles de Tailandia.
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Gasolina contrabandeada desde Malasia es vendida en Tailandia.

En un esfuerzo por ahorrar, incluso los conductores comunes se arriesgan.

Un video de 2016, que se hizo viral en el sudeste asiático, muestra automovilistas de Singapur, sacudiendo sus vehículos mientras llenan el tanque de combustible al 100% en Malasia, algo no recomendado por razones de seguridad.

Financiando a Estado Islámico en Irak

La industria petrolera es vital para la economía en Irak, pero ha sido objeto de controversias desde la década de los 90.

Eso ocurrió, por ejemplo, con el Programa Petróleo por Alimento, que comenzó a operar después de la primera Guerra del Golfo, permitiéndole a Irak que vendiera crudo en el mercado internacional a cambio de ayuda humanitaria.

La iniciativa estuvo plagada de acusaciones de corrupción.

Campo petrolero en Irak
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El petróleo corresponde al 93% de las exportaciones de Irak.

Y más recientemente, el país ha tenido que enfrentar al autodenominado Estado Islámico, que controla algunas reservas.

De hecho, en 2017, expertos de la universidad británica King’s College señalaron que el petróleo es la segunda mayor fuente de ingresos de la organización.

Y la empresa aseguradora JLT estimó que Irak pierde US$8.000 millones al año por el robo de petróleo.

 

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