Trump aseguró que un dólar fuerte hace difícil que los “grandes fabricantes” de Estados Unidos puedan competir en igualdad de condiciones con el resto del mundo.
BBC NEWS MUNDO
Guerra de divisas: 7 preguntas para entender por qué la depreciación del yuan hace temer un nuevo conflicto entre China y EE. UU.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha acusado a la Reserva Federal (FED) de este país de ser responsable de que el dólar esté actualmente "muy fuerte" al mantener altos los tipos de interés.
Los comentarios del presidente estadounidense se producen en un momento en el que los economistas temen una guerra de divisas, impulsada por la decisión de China de devaluar el yuan a su nivel más bajo en 11 años.
Para comprar un dólar hacen falta ahora más de siete yuanes. Ante ello, los mercados de valores de todo el mundo respondieron con bajas generalizadas y el precio del oro —una inversión segura— ha alcanzado su punto más bajo en seis años.
Esto ha sido percibido como una escalada en la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Después de que EE.UU. calificó al país asiático como “manipulador de divisas”, los mercados están intentando adivinar cuáles serán los siguientes pasos.
1. ¿Qué es una guerra de divisas?
Una guerra de divisas se refiere al movimiento deliberado de un país para manipular el precio de su moneda con el objetivo de adaptarlo a su política económica.
Algunos países devalúan su moneda para hacer que sus exportaciones sean más competitivas, estimulando sus economías domésticas.
En el caso de China, en el pasado las autoridades evitaron que su moneda se debilitara comprando grandes cantidades de yuanes.
Esta política parece haber cambiado esta semana, cuando China pareció abandonar ese enfoque, por el cual algunos economistas argumentaban que se estaba manteniendo al yuan en niveles artificialmente altos.
No es el primer conflicto monetario que se produce en las últimas décadas. Estados Unidos, por ejemplo, ya había criticado formalmente a China por manipular su moneda en 1994.
Más recientemente, en 2010, el ministro de Economía de Brasil, Guido Mantega, alertó sobre una “guerra de divisas internacional” cuando Japón, Corea del Sur y Taiwán intentaron reducir el valor de sus respectivas monedas.
2. Entonces ¿hay una guerra de divisas en marcha?
Algunos economistas argumentan que no hay en marcha una guerra total, dado que ni China ni Estados Unidos están ingresando al mercado formalmente para comprar o vender su propia moneda, el método tradicional de manipular su valor.
Pero Chris Turner, director de estrategia global del banco holandés ING, asegura que entre 2015 y 2016 las autoridades chinas gastaron US$1 billón en intentar evitar que se debilitara el yuan por debajo del valor de intercambio de siete yuanes por cada dólar.
Si un país compra grandes cantidades de su propia moneda, esto tiene el efecto de fortalecer su valor en los mercados de divisas internacionales.
Esta semana, sin embargo, no hubo intentos de este tipo.
Esto es significativo, afirma Turner, porque “se produce en el pico de tensiones entre Estados Unidos y China en términos comerciales”.
Neil Shearing, economista jefe de Capital Economist, apunta a que “la moneda de China ya se habría devaluado, si no fuera por el hecho de que el Banco Popular [de China] ha estado apoyándose en el mercado [hasta ahora]”.
3. ¿Qué ha provocado esto?
Los economistas ven la decisión de dejar fluctuar la moneda como un arma en la batalla económica entre Estados Unidos y China.
Esto se produjo después de que Donald Trump prometiera imponer aranceles del 10% sobre importaciones chinas por valor de US$300.000 millones, en el último episodio de la pelea comercial entre ambos países.
El Banco Popular de China parece haber hecho una vinculación directa con los aranceles, culpando a las “medidas comerciales proteccionistas y la imposición de incrementos en los aranceles sobre China”.
La guerra comercial parece haber tenido un impacto sobre el comercio chino, aunque los datos de esta semana mostraron que sus exportaciones empezaron a aumentar de nuevo en julio.
4. ¿Por qué importa el movimiento de divisas?
Esto ya está teniendo un impacto global, con los bancos centrales de Nueva Zelanda, India y Tailandia reduciendo las tasas oficiales de efectivo el miércoles.
Una decisión como esta reduce la moneda: el dólar neozelandés, por ejemplo, cayó más de un 2,6% el miércoles.
Megan Greene, economista y miembro sénior de la Escuela Kennedy de Harvard, le dijo al programa Today de la BBC que hay quien piensa que esto “puede ser el comienzo de una guerra de divisas”.
“Y si lo es, veremos a un montón de países diferentes intentar debilitar sus monedas. Obviamente, no todo el mundo puede debilitar su divisa en relación al resto”.
“El resultado será un debilitamiento del crecimiento, una mayor inflación y una enorme volatilidad en los mercados de intercambio internacionales”.
5. ¿Cómo reaccionó Trump?
Tras las acciones de esos otros tres bancos centrales, el presidente de Estados Unidos pidió de nuevo a la Reserva Federal que bajara las tasas de interés, en una serie de tuits.
“Three more Central Banks cut rates.” Our problem is not China – We are stronger than ever, money is pouring into the U.S. while China is losing companies by the thousands to other countries, and their currency is under siege – Our problem is a Federal Reserve that is too…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 7, 2019
….proud to admit their mistake of acting too fast and tightening too much (and that I was right!). They must Cut Rates bigger and faster, and stop their ridiculous quantitative tightening NOW. Yield curve is at too wide a margin, and no inflation! Incompetence is a…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 7, 2019
Un recorte de los tipos de interés no solo estimularía la economía, sino que, al menos en teoría, reduciría el valor de un dólar desorbitado.
El mes pasado, la Fed recortó las tasas de interés por primera vez desde 2008, con una bajada de 0,25 puntos porcentuales que llevó el rango objetivo de la tasa de interés de fondos federales del 2% al 2,5%.
Otra forma sería que Estados Unidos vendiera dólares directamente para comprar otras divisas, pero Greene explica que mientras Estados Unidos tiene unas reservas de alrededor de US$100.000 millones que podría utilizar para devaluar su moneda, esto no es suficiente para hacer una gran diferencia.
“Si Estados Unidos está avanzando hacia una guerra de divisas, no tiene realmente tantas herramientas para ganarla”, añadió.
6. ¿Qué pasa ahora?
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, entablará una conversación con el Fondo Monetario Internacional con la intención de “eliminar” lo que Estados Unidos describe como “una ventaja competitiva injusta creada por las últimas acciones de China”.
Greene apunta que el FMI había dicho previamente que China no estaba manipulando su moneda y avisó de que esto podría ser un “callejón sin salida”.
Todo esto está haciendo que los economistas se pregunten qué más puede hacer Estados Unidos, mientras que los tuits del presidente están provocando que algunos esperen ya que Estados Unidos pueda intervenir directamente.
John Normand, jefe de estrategia fundamental multiactivos en JP Morgan, afirma que no piensa que haya en marcha una guerra de divisas, dado que los movimientos de la moneda china esta semana fueron “impulsados por el sector privado” al retirar fondos del país inversores extranjeros.
“Antes de Trump, la gente hubiera asumido que no habría una guerra de divisas” dijo, añadiendo que el presidente de Estados Unidos “ignora todas las convenciones”.
7. ¿Qué ha sucedido en el pasado?
Los acuerdos entre socios comerciales principales incluyen compromisos para no manipular las monedas, aunque también ha habido acuerdos entre países para intervenir en los mercados.
El Acuerdo Plaza de 1985, por ejemplo, fue un acuerdo entre Japón, Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos para estimular el valor del dólar.
En el año 2000 los bancos centrales intervinieron para estimular el euro después de que la moneda alcanzara mínimos históricos.
Y en 2011, varios países intervinieron conjuntamente en los mercados de divisas para debilitar el yen japonés después de que alcanzara su punto máximo desde la Segunda Guerra Mundial.
Incluso si no hay una intervención directa en el mercado, Kate Phylaktis, profesora de finanzas internacionales en la Escuela de Negocios Cass, apunta que los países pueden usar métodos indirectos como controles de capitales (cuando limitan la entrada de divisas en su territorio) y la política monetaria.
Los líderes también pueden intentar hacer comentarios en público que puedan tener un impacto en el valor de sus monedas.
Este tipo de comentarios es algo de lo que Trump ha acusado al Banco Central Europeo, cuando dijo en junio que la caída del euro frente al dólar estaba “haciendo injustamente más fácil para ellos competir contra Estados Unidos”.
Shearing desgrana ejemplos en los que grandes devaluaciones han acabado, aunque no inmediatamente, impulsando la economía, como en Argentina en 2011 y en Reino Unido después del miércoles negro de 1992, cuando la libra se salió del Mecanismo Europeo de Cambio.
Los países también pueden causar caos cuando dejan que sus monedas vuelvan a flotar libremente.
En 2015, el franco suizo ganó un 30% después de que el banco central abandonara el límite en el valor de la moneda frente al euro que había estado en vigor desde el año 2011.