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4 gráficos para entender las “guerras comerciales” de Trump en el mundo (y qué países son los más afectados)

Donald Trump ha acordado una tregua en su guerra comercial con China, pero este país no es el único afectado por la política de "Estados Unidos, primero" del presidente.

Donald Trump ha impulsado batallas comerciales en varios frentes en los últimos meses. FOTO: AFP

Donald Trump ha impulsado batallas comerciales en varios frentes en los últimos meses. FOTO: AFP

Desde las aceitunas españolas hasta el acero canadiense, casi ningún rincón del mundo ha quedado inmune a la imposición de aranceles comerciales de Estados Unidos con Trump en la Casa Blanca.

De hecho, el martes, el mandatario se describió a sí mismo como un “hombre de aranceles”.

“… Soy un hombre de aranceles. Cuando personas o países vengan a saquear la gran riqueza de nuestra nación, quiero que paguen por el privilegio de hacerlo. Siempre será la mejor manera de maximizar nuestro poder económico. Ahora mismo estamos recibiendo miles de millones de dólares en aranceles. HAGAMOS QUE ESTADOS UNIDOS SEA RICO DE NUEVO”, escribió en Twitter.

En este camino, Trump ha reescrito las reglas sobre cómo Estados Unidos aborda el proceso de proteger su comercio interno.

¿Cómo se crean los aranceles?

Un arancel es un impuesto sobre un producto extranjero diseñado para proteger a los productores nacionales y promover las economías locales.

Pero bajo las leyes de comercio internacional, EE.UU. no puede simplemente implementarlas a la fuerza, sino que deben explicar por qué el arancel es necesario e investigarlo a fondo.

Hasta hace poco, la gran mayoría de los aranceles estadounidenses estaban justificados como impuestos compensatorios y antidumping.

  • Los aranceles compensatorios nivelan el campo de juego cuando una industria extranjera ha sido subsidiada injustamente.
  • Los aranceles antidumping allanan el campo de juego cuando una industria extranjera inunda el mercado estadounidense con sus productos.

No todas las investigaciones llevan a la imposición de aranceles: a veces, durante el proceso, EE.UU. puede decidir que no hay motivos para implementarlos. Pero en muchas ocasiones sí acaban resultando en estos impuestos.

Investigaciones

Durante el gobierno de Trump, el Departamento de Comercio de EE.UU. ha iniciado 122 investigaciones sobre aranceles antidumping o compensatorios.

Los aranceles han afectado a 31 países y a importaciones valoradas en alrededor de US$12.000 millones.

China ha sido la más perjudicada por el escrutinio de EE.UU.

Cerca del 40% de las investigaciones se han centrado en productos chinos.

Después de recibir una queja de los agricultores de California, EE.UU. impuso aranceles a las olivas españolas, argumentando que los pagos de la Unión Europea a los productores, en virtud de la Política Agrícola Común (PAC), constituían un subsidio comercial injusto.

La mayoría de las aceitunas del mundo provienen del Mediterráneo, pero en una reunión con el expresidente de España, Mariano Rajoy, en septiembre de 2017, Trump manifestó su voluntad de proteger a los agricultores estadounidenses.

“Debe ser justa”, dijo, describiendo la relación comercial entre EE.UU. y España. “Y debe ser recíproca”.

Esa decisión afecta a US$68 millones de las exportaciones españolas a EE.UU. y ha despertado el recelo de la UE.

Aliados investigados

Como con España, EE.UU. tampoco ha tenido reparos en perseguir a aliados tradicionales como Canadá.

La investigación más grande desde que Trump asumió el cargo se centró en la compañía canadiense de aviones Bombardier y afectó a US$5.000 millones de exportaciones canadienses a EE.UU.

Ocho meses después, la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. descubrió que la industria aeronáutica de Canadá no perjudicaba a las empresas estadounidenses, y se cancelaron los aranceles del 300% en contra de los aviones de la Serie C de Bombardier.

Si bien la mayoría de las investigaciones arancelarias se centraron en productos industriales como cables de carbono y acero o tuberías mecánicas, muchas podrían tener un impacto real en el consumidor estadounidense.

Una investigación sobre el ácido cítrico implicó a tres continentes, con aranceles para Bélgica, Colombia y Tailandia. El compuesto químico imita el sabor amargo de los limones y se utiliza en una gran cantidad de dulces y bebidas, como 7Up.

Otra investigación masiva sobre biodiésel de Indonesia y Argentina llevó a que se impusieran aranceles sobre importaciones valoradas en US$1.500 millones.

El mercado tiene un enorme potencial de crecimiento en EE.UU., que es un importante productor de maíz y soja, y los aranceles podrían ayudar aparentemente al crecimiento de la industria.

La UE impuso aranceles similares en 2012.

Subiendo las apuestas

Este tipo de impuestos no son nada nuevo.

Durante la última década, el gobierno de EE.UU. recaudó aproximadamente US$283.000 millones en aranceles aduaneros.

Pero Trump ha liderado un esfuerzo para que EE.UU. se vuelva aún más agresivo.

En 2017, el Departamento de Comercio inició 82 investigaciones, un 28% más que las 64 iniciadas por el gobierno de Obama en 2015, su año más activo.

Además, los funcionarios ya no están esperando a que las compañías estadounidenses les pidan ayuda… un cambio significativo de protocolo.

En noviembre de 2017, el Departamento de Comercio inició investigaciones, por cuenta propia, a las aleaciones de aluminio de China.

Fue la primera vez en décadas que el organismo actuaba por su cuenta en materia de aranceles antidumping.

Cambio de protocolo

Pero el cambio más grande en la política comercial de EE.UU. ha sido la disposición de Trump de saltarse la tradición si eso le permite obtener los aranceles más rápido.

En lugar de pasar por largas investigaciones antidumping, y arriesgarse a que se reviertan sus aranceles, Trump ha impuesto cientos de miles de millones de aranceles en base a aspectos poco utilizados de la ley comercial.

Citando preocupaciones de seguridad nacional, Trump ha tomado medidas radicales para proteger a los productores de acero y aluminio y se ha embarcado en una guerra comercial con China, a la que acusa de robo de propiedad intelectual.

Estas inusuales medidas superan de lejos a las investigaciones tradicionales antidumping o compensatorios.

Solo en China, por ejemplo, las investigaciones tradicionales se centran en productos valorados en US$3.400,mientras que los aranceles en represalia por el robo de propiedad intelectual afectan a bienes valorados en US$250.000 millones en bienes.

¿Se mantendrán estos aranceles?

La disposición de Trump a pensar “de manera original” en cuanto al comercio lo ha convertido en una persona incómoda para países como China, que no pueden predecir el próximo movimiento del mandatario.

También ha provocado la imposición de aranceles en represalia sobre productos estadounidenses, valorados en cientos de miles de millones de dólares.

Pero después de un verano de negociaciones comerciales hostiles con Canadá y México, y de una creciente guerra comercial con China, las cosas parecen calmarse.

La semana pasada, Trump firmó el Acuerdo entre EE.UU., México y Canadá para reemplazar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), lo que marcó el fin de una larga y tensa saga entre los tres vecinos.

También parece dispuesto a terminar su disputa comercial con China.

Pero si algo nos han enseñado las acciones pasadas de Trump es que lo único predecible sobre su política comercial es su imprevisibilidad.

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