María Febres Huaman, directora para Guatemala del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), expuso que el eslabón primario de la caficultura está golpeado por la baja de precios, por lo que se deben generar políticas regionales para atender la crisis.
“Este es un problema regional y hay que generar fuerza para resolver la crisis, de cómo los productores pueden tener acceso a financiamiento, a desarrollo de capacidades y mejorar las oportunidades de negociación de precios”, subrayó.
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La funcionaria dijo que se necesita la intervención del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) y del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) para resolver la crisis con “una mirada regional” en una estrategia conjunta.
Riesgos
Febres Huaman dijo que la actual crisis de precios afectará a las familias y a los hogares, porque al bajar los ingresos y ante la falta de recursos los productores no tendrán las capacidades para atender las plantaciones y en la siguiente cosecha podrían surgir problemas de roya.
Recordó que, al no brindarle mantenimiento a la planta de café, el riesgo es la roya, “por lo que hay que poner las alertas”.
Román Cordero, especialista del CAC, recalcó que hay que tratar el problema a nivel regional y para ello los países tienen grandes desafíos.
“En este momento el tema precio está impactando a los productores, pero no se puede dejar de lado el cambio climático en el impacto a los cultivos, seguridad ciudadana y situaciones sociales”, afirmó.
Autoridades regionales se reúnen en @CafedeGuatemala para tratar tema de la crisis en precios internacionales y buscar mecanismos de atención a productores. Existe una alerta en Centroamérica dice María Febres del @IICAnoticias. @prensa_libre @Economia_pl pic.twitter.com/YGlNT19OgT
— Urías Gamarro (@ugamarro_pl) August 23, 2018
Los efectos directos son para la economía de los países, pero entre los que dependen de gran manera de esa producción están Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica, y en menor medida El Salvador, República Dominicana y Panamá.
Acciones
Cordero afirmó que la crisis de la caficultura se debe ver desde una perspectiva intersectorial y no como un problema agropecuario.
Agregó que es necesario atender a las familias productoras y a los jornaleros, que son los más vulnerables.
El especialista afirmó que se están dando los recursos con un programa para la renovación de café, validación de tecnología y generación de política pública con instrumentos de política.
“Tenemos que generar las acciones para que las familias no tengan que migrar a las ciudades y otros países. Debemos buscar que se mantengan en la producción aportando a la economía”, señaló.
Las migraciones podrían verse tanto de forma regional como extrarregional, sobre todo para los Estados Unidos.
Descuido de cultivos
René Gómez Rodas, secretario ejecutivo del Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura (Promecafé), recalcó que los actuales precios no están compensando la producción de café, por lo que advirtió de que se pueden descuidar las plantaciones.
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“Hay un descuido generalizado del manejo de los cultivos que está dejando de invertir, deja de fertilizar, podar, y eso significa menor inversión, productividad y también se sacrifican las condiciones de vida como salud, educación, vivienda en las comunidades cafetaleras”, advirtió.
Xiomara González, asesora del Instituto del Café de Costa Rica, expuso que otro de los problemas es que los cafetos ya están maduros y sus rendimientos de producción por hectárea son bajos, por lo que necesitan una renovación.
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