Solo cuando vienen los tiempos de menores ingresos, es cuando solemos apretarnos el cinturón. Pero es justo en los meses del año en los que nuestras entradas son mayores, cuando debemos de prestarle más atención a la salida de estas y no aflojárnoslo. Esto es especialmente cierto en diciembre cuando se tienen dos salarios en las manos.
Según reportes del gobierno, en este mes entraran a circular alrededor de tres mil millones de quetzales que pagaran el sector público y el privado a sus trabajadores en concepto de aguinaldo. Y todos querrán un pedacito de ese enorme pastel. De esa cuenta ya nos empezaron a bombardear con el mensaje de “gaste, gaste, gaste”.
Hay quienes no ven en el salario extra llamado aguinaldo, algo que les represente un beneficio personal o familiar, sino un dinero para gastar en bienes perecederos y que se deprecian en lugar de utilizarlo sabiamente y sacarles un mayor beneficio.
Lo conveniente es utilizarlo para pagar las deudas. Pero si no tiene deudas pues aproveche para darte gustos, hacer un viaje, comprar cosas útiles o que te traigan comodidad y confort a su vida. Si lo ahorra completo, al recibir su bono 14 el año entrante tendrá en el banco dos salarios ahorrados.
Y si quiere llegar a tener otro salario extra, pues empiece a apartar cada mes el diez por ciento de su sueldo, porque en diez meses tendrá otro más. De esa manera llegaría a tener tres salarios extras. Estos tres salarios, multiplíquelos por cinco y ese sería el capital que tendría dentro de cinco años, más los intereses que ganaría, si lo empieza a ahorrar desde ahora.
Eso hará que en poco tiempo disponga de un capital para enganchar tu carro, casa, terreno, comprar una nueva propiedad para dar en alquiler o bien un negocio propio que te permita independizarte.
Algunos inteligentemente lo guardan para gastos eventuales que siempre suelen presentarse en el año. Gastos como el pago de inscripciones, compra de útiles y uniformes al principio del año escolar.
También puede usarlo como reserva para tener desde el principio de mes con qué enfrentar sus pagos fijos de cada mes, mientras a fin de mes recibe su sueldo para seguirlo haciendo así todo el año. La prudencia y la sensatez nos aconsejan no gastárnoslo todo, pues es el dinero que no nos gastamos el que se queda en nuestra casa incrementando nuestro patrimonio. Y, al contrario, el dinero que nos gastamos se convertirá en el patrimonio de otros.
Si quiere disfrutar de mejores días, cuide su aguinaldo y desde ya, úselo para incrementar su capital e invertirlo en aquello que le traiga el mayor beneficio posible, por el más largo tiempo, en beneficio propio y de los suyos para que su esfuerzo valga la pena.
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