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¿Cómo enfrentar una posible recesión económica mundial en 2023 desde Centroamérica?

Existe la posibilidad de una contracción económica que puede venir acompañada de una serie de pequeñas crisis financieras, sobre todo, en mercados emergentes y en economías en desarrollo, así como en mercados establecidos.

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Recesión económica

El mundo se enfrenta a los riesgos de una eventual recesión el próximo año. (Foto Prensa Libre: Pixabay)

En todo el mundo se aprecia que los bancos centrales han iniciado un incremento paulatino de las tasas de interés durante este año. Sin embargo, esto no se había visto desde hace más de 50 años y podría representar una tendencia, que, posiblemente continuará durante este año y parte del próximo.

Imagine usted que, a pesar de los esfuerzos de los bancos centrales, la inflación no ceda aún con el aumento en las tasas de interés. Además de que las políticas monetarias a nivel mundial, no logren reducir la inflación cercana a los niveles a los que estábamos acostumbrados antes de la pandemia.

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Implicaciones en el corto plazo para Centroamérica

¿Qué implicaría esto? Que muchas de las expectativas de política monetaria mundial, de lograr estabilizar la inflación por debajo del 4%, no se logren.

En Centroamérica, de acuerdo con el Consejo Monetario Centroamericano con cifras de agosto 2022, la inflación anual promedio podrá rondar entre 7.03% y 9.59% en los seis países miembros del Consejo Monetario Centroamericano: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.

¿Qué podemos esperar? En general, que el crecimiento económico mundial sufra una desaceleración abrupta y que conforme los países puedan ir entrando en una posible recesión, se genere un efecto multiplicador en las economías mundiales y ello se pueda presentar abruptamente en Centroamérica.

Como empresarios, ¿En qué debemos enfocarnos? Una primera recomendación es vigilar constantemente si las políticas de aumento en las tasas de interés generan una reducción en el consumo, juntamente con aumentos en la producción a nivel mundial. Es probable que las políticas que implementen los bancos centrales permitan mejorar la productividad y enfocar el crecimiento durante los próximos 18 meses.

El Banco Mundial ha realizado un estudio tratando de revisar los principales factores que podrían llevar a una recesión económica mundial, basados en la actividad económica que se ha presentado en los meses anteriores, y los posibles escenarios que se podrían anticipar. Ello no es nada sencillo, debido al poco margen de maniobra que tienen los gobiernos locales para incentivar la producción económica que se ha venido desacelerando de forma incremental.

Para el caso Centroamericano, puede haber una gran variación entre países como Panamá (con variaciones de inflación entre el 3% y 3.51%), versus Costa Rica (con variaciones entre 9.45% y 12.13%).

¿Esto ya lo hemos vivido?

No hay que hacer mucha memoria para recordar lo acontecido en la década de los setenta y ochenta, y la recesión mundial que vivimos en 1982. La cual, generó una crisis difícil de superar para la mayoría de las empresas.

Es por ello que el Banco Mundial sugiere enfocar los esfuerzos de nuestras naciones en controlar lo más posible la inflación, tratando de evitar una recesión mundial. Todo ello, considerando no solo a los bancos centrales, sino a las autoridades fiscales locales y a los reguladores de formulación de políticas monetarias de la mano de los empresarios.

Así, el contar con posibles medidas anticíclicas, pueda permitir a los mercados locales enfrentar de mejor forma la posibilidad de una recesión.
Tres alternativas para el sector empresarial.

¿Pero, qué podemos hacer desde el sector empresarial para afrontar las posibilidades de una recesión en el 2023?
En primer lugar, podemos considerar al mercado laboral, tomando en consideración que tanto el sector empresarial, como las políticas gubernamentales locales enfocadas en fortalecer la permanencia de la fuerza laboral, logren equilibrar o disminuir las presiones sobre los precios de los productos y servicios.

De igual forma, los empresarios y los gobiernos locales, trabajando conjuntamente, pueden generar políticas anticíclicas enfocadas en reasignar a los trabajadores que han perdido su fuente de ingresos durante la pandemia y posterior a ella, con el objetivo de facilitar la reasignación de fuentes de empleo. Todo ello como una política de trabajo consensuada a nivel local, con enfoque en los gobiernos subnacionales, regionales y nacionales.

En segundo lugar, es claro que la demanda de productos y servicios básicos seguirá incrementándose, y requerirá el suministro de las cadenas de valor. Será necesario que las organizaciones cuenten con productos y servicios adecuados para poder operar y mantener incrementalmente su oferta hacia los mercados locales, regionales e internacionales.

También los sectores energéticos jugarán un papel importante en la reactivación económica y existe un área de oportunidad para acelerar la transición hacia energías limpias, así como la eficiencia en el uso de energía (con enfoque en disminución de costos y contaminación simultáneamente).

Por último, en tercer lugar, el fortalecimiento en las redes de comercio regionales y mundiales que se vieron afectadas por la pandemia, obliga a los gobiernos regionales a formular nuevas políticas de cooperación que permitan desarrollar tanto apoyos locales y regionales.

Reflexiones para el futuro inmediato

Sin embargo, surge la duda de ¿Cómo eliminar cuellos de botella en las cadenas de valor mundial y su efecto en Centroamérica, restableciendo poco a poco, de manera sincrónica, el orden económico establecido antes de la pandemia?

No hay que olvidar el miedo que podrían llegar a tener los gobiernos locales Centroamericanos por tratar de proteger sus industrias locales y generar amenazas ante el proteccionismo, así como las fragmentaciones de las cadenas de valor que se han presentado.

Ello, si bien era un tema importante por proteger en el pasado, ahora cobra relevancia tomando como objetivo la dinamización de la economía mundial y tratando de revertir una posible recesión económica.

Todo esfuerzo enfocado en acelerar la producción e incentivar el consumo sin olvidar a las personas que han perdido sus empleos, será un mecanismo anti-recesión.

* Artículo del Dr. Rogelio Castillo Aguilera, profesor de Emprendimiento en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México.

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