Economía

Cómo llevar energía eléctrica a las comunidades más aisladas del país

Llegar a conectar electricidad al 8% de hogares pendientes en el país significa un reto en donde se deben impulsar mecanismos de participación conjunta del sector estatal, de la comunidad y organizaciones multilaterales o privadas para el desarrollo de proyectos y financiamiento recomiendan expertos.

Comunidades en Sololá también se benefician de energía solar. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Comunidades en Sololá también se benefician de energía solar. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

La unificación de los diversos actores es una de las claves para hacer viables estos proyectos, coincidieron expertos en el IV Seminario de acceso universal a la energía, la electrificación de zonas rurales aisladas con la participación de representantes de Iberoamérica, ya que Centroamérica se comprometió en llegar a esa meta en el 2030, con base a los Objetivos de Desarrollo Social (ODS).

En el país la cobertura es de 92.6% según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Energía y Minas (MEM) correspondiente al 2016.

En ese Índice de Cobertura Eléctrica se registra que hay 3 millones 425 mil 340 viviendas, de las cuales 3 millones 153 mil 214 están conectadas. Harían falta de llegar a cubrir 272 mil 126 hogares.

Alexandra Arias del Instituto Humanista de Cooperación para el Desarrollo (Hivos) indica que el punto principal es que la comunidad debe participar desde el inicio del proyecto porque ellos son los que toman la decisión y saben cuáles son las necesidades de la comunidad.

También es importante que la comunidad participe en el financiamiento porque eso los empodera en los proyectos y les da más seguridad y les genera responsabilidad. Sin embargo, hay que tener claro que ese financiamiento de las de las comunidades muchas veces no es en dinero sino que se involucran haciendo algún tipo trabajo como traslado de postes, ayudar a colocarlos, acarrear materiales.

En el caso de Hivos es una organización que no solo busca llevar energía sino desarrollo a la población, sino que puedan estudiar y generar ingresos, se les da capacitación.

A consideración de Arias el aspecto que hace falta en la región es hacer esfuerzos para que los diferentes sectores se unan para implementar proyectos como estos sin embargo los esfuerzos deben focalizarse en dar a las comunidades lo que ellas necesitan, pero, indicó “no llegar a imponer y darles lo que ellos realmente no necesitan”.

En Guatemala uno de los diferentes proyectos exitosos es el de Batzchocolá ubicado en Nebaj, Quiché y que beneficia a 1 mil 620 vecinos de Vecinos de la Aldea Batzchocolá, Laguna Batzchocolá (Nebaj, Quiché) y Visiquichum (Chajul, Quiché), menciona la experta, en los cuales se implementaron los mecanismos mencionados.

Para la microhidroeléctrica Batzchocolá en Nebaj, Quiché, los pobladores participaron y contribuyeron con su trabajado a varias fases de la construcción. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

En este se pusieron en práctica los diferentes pasos de una metodología que trabajó Olade, añade Arias, que consiste en pasos mencionados como: que la comunidad participe en el proyecto desde el inicio, se apropien o empoderen del proyecto y aporten, que no se trata solo de llevar energía sino proyectos o programas que permitan el desarrollo de las personas de la comunidad, entre otros.

Otras formas de financiamiento

República Dominicana logró establecer desde el 2008 un sistema para instalar miniredes eléctricas con base a minicentrales de generación de energía en el área montañosa del país, en el cual el Gobierno financia una parte del proyecto y el resto debe ser cubierto por las comunidades, organizaciones o incluso por la cooperación internacional.

Según Alberto Sánchez, representante del PNUD en República Dominicana este mecanismo les permitió atender a 8% de la población que no estaba conectada y a la fecha han desarrollado más de 50 microhidroeléctricas que no están conectadas al sistema nacional de energía. Con ello se benefician alrededor de 4 mil 600 usuarios en el área montañosa.

Para esa labor ha existido varias fuentes, el financiamiento comenzó por la cooperación internacional a través del PNUD y un programa de pequeñas donaciones y posteriormente el Gobierno adoptó la política de apoyar este tipo de iniciativas y llega a aportar entre el 30% al 70% de la inversión de los proyectos, la comunidad entre el 7% al 15% y la sociedad civil por medio de diferentes organizaciones puede llegar a cubrir entre el 10% al 20%.

En el proceso de involucra a las comunidades o comunas, refirió.

Comunidades aisladas, la fase más difícil de conectar

La situación en Iberoamérica en relación a conexión de electricidad es aparentemente positiva porque las tasas de electrificación rondan en casi todos los países en el 90%, pero el problema es que si se evalúa la evolución para las comunidades que hacen falta los proyectos se dificulta más la cobertura comentó José Gabriel Martín Fernández director de la Fundación Acciona.org.

Esos datos macros hacen ver que la situación de los países es positiva y los hace ser optimista, el problema es que la tendencia es que las administraciones suelen relajarse, sin embargo esa última parte que queda es complicada y son comunidades dispersas y aisladas donde no existe infraestructura viales, son poblaciones que generalmente son de bajos recursos, explicó Martín.

En Guatemala se realiza el IV Seminario de acceso universal a la energía, la electrificación de zonas rurales aisladas con la participación de representantes de Iberoamérica. (Foto, Prensa Libre: Rosa María Bolaños).

El acceso con redes eléctricas (conectadas al sistema nacional) suele ser mucho mas costoso y generalmente en algunos casos técnicamente es inviable por la alta dispersión o es un coste inabordable  por lo inversionistas o por las organizaciones privadas, por lo que hay que pensar y atender esos casos con soluciones distintas añade.

Durante el seminario los países presentaron planes para hacer llegar a la meta de cobertura universal de energía de los Objetivos de Desarrollo Social (ODS) para el 2030.

En el caso de Guatemala, se expuso, por medio del Ministerio de Energía y Minas (MEM) una propuesta para llegar a cubrir el 99% de las viviendas al año 2032 dijo el experto.

El MEM dio a conocer en diciembre del 2018, hay alrededor de tres mil comunidades en una lista de espera para que puedan ser atendidas además que tenían previsto hacer un análisis de cada una para determinar una priorización.

Para legar a cubrir la totalidad del se necesitarían unos US$400 millones de inversión y se buscan las forman de financiarlo se informó en esa oportunidad.

Ideas para financiar proyectos

Martín indica que un primer paso para impulsar proyectos es identificar las necesidades, cuál es el problema y a cuántas personas abarca. A nivel regional, si bien hay avances no ha sido suficiente, añadió.

Respecto a las dificultades para financiar proyectos, el director de Acción.org dijo que es difícil que haya atractivos de proyectos para empresas salvo que haya problemas que lo hagan atractivo económicamente, pero se está hablando de poblaciones en pobreza o pobreza extrema que no podrían pagar ciertos servicios.

Estas personas gastan entre US$5 a US$10 mensuales en diferentes formas de iluminación (velas, ocote y otras, pero eso no les alcanzaría para pagar una tarifa por un proyecto y su consumo, agregó.

En los proyectos “se debe ser realista, que no se dejen llevar por voluntades políticas o círculos electorales” recomendó Martín.

Martín coincidió en sus comentarios con lo mencionado por Javier Alaminos, integrante de la organización Energía sin Fronteras en que uno de los mecanismos de financiar a áreas aisladas es por medio de subsidio como se hace con usuarios que están conectados a las redes de energía a quienes se les brindan ese tipo de beneficios.

En el seminario participaron expertos de entes estatales, reguladores, ONG, y organismos de financiamiento multilateral. (Foto, Prensa Libre: Rosa María Bolaños).

Alaminos mencionó que en Honduras lanzaron un proyecto para dotar de energía solar con sistemas aislados a comunidades y el cual durante el seminario en mención propondrán que se pueda implementar en Guatemala y que se a uno de los mecanismos para lograr la meta de cobertura universal del servicio de energía para el 2030.

Este consiste en que se les dota de un panel solar y un sistema comunitario o domiciliar del cual el 50% es financiado por el Estado y el otro 50% por cada usuario.

Se ha estimado que en áreas sin energía cada usuario gasta hasta US$10 en velas y ocote o kerosen para algún tipo de iluminación, ese dinero lo destinarían para cubrir las cuotas mensuales para pagar su sistema de energía solar.

En Honduras ya se instalaron en 250 hogares y con lo que se está recuperando del costo se subsidiara a 250 más, ejemplificó.

Una deuda social con las comunidades

Minor López, presidente de la Comisión Nacional de Energía eléctrica (CNEE) mencionó que en 23 años, de 1996 a 2019, la cobertura de energía eléctrica en Guatemala pasó de 60% a 92%. Ese 8% que está pendiente se estima son unas 250 mil familias y que equivale a 1 millón de personas, añadió.

Guatemala ha tenido un Plan de Electrificación Rural exitoso ya que con los fondos de la venta de las distribuidoras se formó un fideicomiso por Q300 millones para ese fin. Sin embargo, mencionó que “estamos en deuda social en ese sentido”, indicó, aunque mencionó que se ha trabajando con el MEM en los planes de desarrollo.

Uno de los objetivos es seguir expandiendo los sistemas de transporte de electricidad, que son las redes de 230 mil voltios que se incluyen en el Plan de Expansión de Electricidad (PET) y concluir esos productos, luego las líneas incluidas en el Plan de Expansión de Transmisión Nacional (conocido como PETNAC) para poder llegar a las diferentes comunidades rurales por medio de las redes de distribución.

“Las zonas aisladas y alejadas se van quedando (pendientes) y ahí en donde tenemos que ser creativos y dinámicos para usar tecnologías renovales no tradicionales como solares, biomasa, y eólicas”. El otro objetivo es disminuir el consumo de la leña, agregó.

Según un informe del MEM al 2014, con el PER se había cubierto a 2 mil 564 comunidades llegando a 241 mil 892 usuarios.

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