Y es que la tierra nunca se deprecia pero sí puede cambiar de uso para bien o para mal. En la mayoría de casos, se considera la inversión en bienes raíces como de bajo riesgo, segura y rentable.
Otras de las ventajas de invertir en bienes inmuebles son los pocos conocimientos técnicos que se requieren al momento de invertir, y la relativa sencillez que presenta la administración de las inversiones, a diferencia de, por ejemplo, invertir en la bolsa de valores.
Pero, y aquí vienen los fastidiosos “peros”, invertir en bienes raíces no es una inversión sencilla, pues además de la necesidad de contar con un buen capital para invertir, se hace necesario contar con la adecuada y prolija información que le permita a uno saber escoger bien el inmueble, cómo financiarse y asegurarse de que se den mejores y adecuados beneficios en el vecindario que generen aumentos de su valor en el tiempo, que pueda rentarlo durante todo el año y que la reventa capture los mejores beneficios.
Le cuento que algunas personas que han decidido invertir en bienes raíces han sufrido grandes pérdidas, ya sea por haber comprado caprichosamente un inmueble o por estar mal ubicado y no encontrar a quién alquilarlo, o por tener que hacer reparaciones o remodelaciones que al final terminaban siendo más caras de lo esperado.
Y aquí es donde, insisto, antes de invertir en bienes inmuebles es necesario analizar bien la propiedad que se piensa comprar, informarse profusamente, cotizar no una ni dos, sino muchas propiedades, sin enamorarse ni encapricharse con alguna, teniendo en cuenta factores tales como la ubicación, el precio, el estado del inmueble, la necesidad de reparaciones o remodelaciones, el mantenimiento que será necesario, los impuestos a pagar, el crédito necesario para comprar el inmueble y, sobre todo, la posibilidad de que el inmueble pueda ser dado en alquiler y revenderse a un precio que justifique lo invertido.
Buenas decisiones en estas etapas definirán si el negocio de los bienes raíces es rentable, que se dará finalmente en la sumatoria de las ventajas que se logren en cada una de ellas.
Insisto, la información es clave, esto quiere decir que desde el momento en que se toma la decisión de hacer una inversión, lo mejor será informarse antes de tomar cualquier decisión.
Compra: una vez ponderadas todas las opciones, compre lo mejor. Lo mejor siempre retiene su valor y se aprecia a un ritmo más acelerado. Puede ser caro hoy, pero ofrecerá un buen valor mañana.
Posesión: viene el momento de alquilar, aquí se pueden magnificar los rendimientos con la renta que produzca el bien. Un consejo: trate bien a sus inquilinos, pueden ser la primera y mejor opción de venta, establezca vínculos con ellos y manténgalos. El cliente de hoy referirá clientes mañana.
Reventa: es la finalización del período de la posesión. Es el momento cuando verificamos o comprobamos si se pueden capturar todos los beneficios que se han producido en el sector. ¿Se recuerda?, el negocio de los bienes raíces está en la captura de los beneficios futuros que puedan darse en los sectores, en los vecindarios, en el entorno de influencia de nuestro inmueble.
En la compra nos garantizamos que el bien podrá venderse, en la posesión que podrá alquilarse, y en la venta que lograremos capturar todos los beneficios que se hayan dado durante el tiempo de la posesión.
La reventa es el momento de la definición de la rentabilidad del negocio, aquí se capitaliza todo el esfuerzo. Si se me pidiera que pusiera el orden de importancia los cuatro eventos, lo haría de la siguiente manera:
1. Compra: 60 por ciento
2. Reventa: 20 por ciento
3. Información: 15 por ciento
4. Posesión: 5 por ciento
Por supuesto que habrá que vender al precio de mercado, habrá que investigar valores, auxiliarse de un valuador y hacer muchas consultas. El próximo sábado 13 iniciamos el curso de Valuación en el Colegio de Ingenieros, todavía pueden inscribirse. Los espero. ¿Dudas?