Alfredo Vila, presidente de la Asociación de Azucareros de Guatemala (Asazgua), indicó que la proyección inicial es cerrar en unos 60 millones de quintales y estos pronósticos indican que la cosecha será similar a las anteriores, aunque el dato se tendrá que confirmar por medio de una trazabilidad de números.
De acuerdo con cifras históricas de la Asazgua, en la zafra 2018-19 la producción totalizó 64.5 millones de quintales (que es la cifra más alta) y la más baja ocurrió en 2020 con 55.7 millones de quintales.
Por otro lado, el 60% de la producción de azúcar se destina a la exportación y el 40% restante se queda en el país para el consumo local.
En 2022 las exportaciones totales de azúcar equivalieron a US$796 millones, lo que significó una tasa de crecimiento del 56% ya que, en el 2021, las ventas totalizaron US$507 millones, según las cifras oficiales.
Mayor rendimiento
En relación con los ingresos esperados, se observa una mejora en los precios internacionales y a pesar de una baja en la producción cañera, hay mejores rendimientos del azúcar producida, medida por toneladas molidas.
El último promedio fue de 109 a 113 toneladas de caña por hectárea, en tanto que la producción de azúcar fue de 11 a 13 toneladas, también por hectárea.
Para obtener el dato, se mide la cantidad de libras del edulcorante por cada tonelada de caña molida en los ingenios, lo que dio como resultado que, a pesar de que no hubo aumento en la extensión de los cultivos, se obtuvieron mejores rendimientos.
“Son rendimientos competitivos, los que se deben a que en la industria se comparten la tecnología y las buenas prácticas. Los conocimientos también se trasladan a la Unión de Azucareros de Latinoamérica”, concluyó el directivo de Asazgua.
La zafra 2023-2024 iniciará en noviembre, después del invierno, y concluirá en mayo del siguiente año. Por lo pronto, el cálculo de producción de azúcar se mantiene, aunque el resultado depende en buena medida de las condiciones meteorológicas durante el invierno.
Cinco mil quemas criminales
Vila añadió que también se avanza en la creación de un centro de innovación, el que trabajará con un enfoque en la agricultura 4.0 (con base en tecnología) para solucionar problemas como las quemas criminales de plantaciones de caña, así como prevenir sus orígenes, considerando que solo durante el último año se detectaron unos cinco mil eventos de ese tipo.
Las quemas criminales, explicó el directivo, tienen incidencia en la programación del corte de la caña, lo que provoca pérdidas y retrasos.
Mientras tanto, se evalúan otros proyectos derivados del cultivo de la caña. “El centro trasladará información y productos de las investigaciones agrícolas a bajo costo”, enfatizó.