“Revisa los neumáticos cada semana, asegúrate de que no estén desinflados”, decía mi padre. “De vez en cuando, sube y baja los seguros de las puertas y abre el maletero, especialmente si nieva o hay heladas, para asegurarte de que las cerraduras no se congelen. De vez en cuando, prende el motor y déjalo andar durante un par de minutos, sin ahogar el carburador”. Tras una pequeña pausa, solía decir: “Podrías lavarlo una o dos veces, pero sé que no lo harás”, a lo que seguía una posdata invariable: “No lo manejes. Me daré cuenta”.
Y sí se daba cuenta, pero esa es otra historia.
Los otros consejos, aunque quizá no los seguí al pie de la letra, ahora sé que fueron muy buenos y vale la pena aplicarlos en estos días de encierro y cuarentena, en los que muchos de nosotros nos hemos olvidado de nuestros vehículos y no los hemos tocado ni les hemos dado nada de cariño en las últimas semanas o meses.
He aquí algunos de los consejos de mi padre, actualizados y ampliados, junto con recomendaciones de los expertos:
— Neumáticos. “Nunca olvides que, al final, los neumáticos son la única parte del auto que tiene contacto directo con la calle”, dice Pietro Berardi, director de Pirelli en América del Norte. “Recomendamos revisar los neumáticos visualmente para determinar si hay bultos o deformaciones causadas por el peso del auto estacionado por largo tiempo o por las condiciones climáticas. Busca también posibles daños, cortes, rasguños y protuberancias en el neumático, y asegúrate de que los tapones de las válvulas estén firmes”.
Berardi añadió que los neumáticos pierden presión de aire si el auto permanece mucho tiempo estacionado o podrían desarrollar áreas planas. Para prevenir lo último, mueve el carro unos 30 o 60 centímetros hacia atrás o hacia adelante cada dos o tres días.
— Gasolina. El tiempo es el enemigo de la gasolina en el tanque, y un tanque que no está completamente lleno puede acumular condensación, la cual puede terminar diluyendo el combustible con agua. La mayoría de expertos dicen que incluso con un tanque lleno, la gasolina empezará a deteriorarse tras unos seis meses, dependiendo del clima. Si no es posible llenar el tanque, considera verter un aditivo como Sta-Bil (cuesta alrededor de 10 dólares), el cual puede estabilizar el combustible y ayudar a prevenir la condensación.
— Acumulador. Prender el motor periódicamente puede ayudar a mantener la batería cargada, y no debería haber un problema de pérdida de carga en un par de meses, a menos que se esté guardando el auto en un lugar con temperaturas extremas. Si planeas que el auto permanezca en el garaje un tiempo más extenso, considera conectarle un cargador de batería de carga lenta, el cual se enchufa a la corriente de la casa y mantiene la batería, asumiendo que no esté ya completamente muerta. Antes de comprarlo, verifica con tu concesionario o mecánico para hallar el dispositivo apropiado.
— Lavado. “Lava tu auto con regularidad”, sugiere Ryan Fulkerson, director de Fabricación de Nuevos Modelos para Nissan de América del Norte. “Esto ayuda a proteger la pintura, especialmente en autos estacionados al aire libre”. Otra opción para proteger el exterior es con una cubierta para autos. Algunas son impermeables y resistentes al daño de los rayos ultravioleta.
Con respecto a los seguros de las puertas, recuerda esto también para el próximo invierno: Quiet-corner.com aconseja a los conductores sumergir la llave de la puerta en vaselina o aplicar un chorrito de lubricante WD-40 o algún producto descongelante fácil de conseguir en el ojo de la cerradura cuando la nieve empiece a caer y las temperaturas se desplomen.
Si bien las salas de exhibición y venta de la mayoría de los concesionarios de automóviles en Nueva York están cerradas a corto plazo por el virus, muchos centros de servicio identificados como negocios “esenciales”, están abiertos. Así que para los problemas automotrices que superen los arreglos caseros, esa es una opción.